NAHULINGO. Un amistoso más para la Sub 23 y un nuevo triunfo (0-1) a domicilio, esta vez ante Sonsonate, nuevo equipo de Primera División. Una prueba que sigue alimentando el trabajo de un combinado juvenil que se prepara para el torneo de Uncaf en Panamá, y que mantiene el tono de cara a seguir corrigiendo detalles para llegar con la mejor preparación. Mientras los jugadores esperan estar en el listado final para jugar el eliminatorio en agosto.
El técnico Ramón Sánchez utilizó un once que continúa sumando minutos: Adolfo Menéndez, Roberto Domíguez, Alex Mejía, Giovanni Zavaleta, Jairo Henríquez, Miguel Lemus, Santos Ortíz, Narciso Orellana, Kevin Sagastizado, Romel Mejía y José Peña.
Por su parte, el DT de los occidentales, German Pérez, utilizó a Elio Guillén, Raúl González, Julio Bernal, Rosemberg Cuevas, Mauricio Quintanilla, Carlos Anzora, William Guerrero, Rodolfo Pimentel, Elmer Abarca, Carlos Calderón y Fredy González.
Tuvo el equipo nacional más presencia en el área rival con las aproximaciones de Ortíz. El mediocampista fue el que tuvo mayor flujo en la recuperación de balones, y provocó dos disparos a puerta en seis minutos. A pesar de ser abiertos, pusieron peligro a un Sonsonate que le costó frenar sus espontáneas incorporaciones. Era Ortíz el más creativo y desequilibrante, sobre todo cuando bajaba a recoger balones y arrastraba marcas.
El cuadro cocotero tuvo menos opciones de llegada, salidas cortadas por parte de la última línea Azul y cayó en la presión y la buena propuesta del visitante. Solo llegó con algunas estacionarias, pero con remates perdidos.
El mejor tránsito de la Sub 23 llegó rápido, cuando un centro filtrado desde la derecha lo recibió Ortíz y lo definió con lo último (0-1). Era el minuto ocho y parecía que el juego suelto de los juveniles marcaría la pauta a su favor. Sin embargo, pasado los 20’, los sonsonatecos equilibraron el juego y generaron “pressing” en el medio. Fue el delantero colombiano González el que doblegó el esfuerzo de las marcas de Domínguez y “Chocho” Mejía, y exigió más su concentración.
La Preolímpica generó más centros y balones filtrados por el carril derecho, donde Jairo era el dueño de la banda y el más insistente en salida, acompañado por Lemus para un juego más vertical.
Pero aún y con las llegadas que ambos cuadros provocaban, el marcador no se movió más en la primera mitad.
Al complemento, hubo modificaciones en los dos equipos, más escalonadas por la selección. Los movimientos no mermaron la actitud y la buena disposición de los pupilos de Sánchez, que no pararon de atacar, pero poco a poco fueron retrocediendo y cedieron espacio a los locales. Estos jugaron más ordenados y el refresco en el medio se notó.
El juego, no obstante, se tornó más físico, con pelea apretada por el balón y con más roce, que terminó con pausas para atender a jugadores.
Los sonsonatecos presionaron por el tanto del empate, en la parte final, y tuvieron opciones, anulando el ritmo de la U-23, pero no lograron encontrarlo. Terminaron con más exigencia hacia los nacionales, que cerraron con triunfo una semana más de trabajo.