Pastoriza y el campo minado

El argentino dirigió a la Selecta de octubre 1995 a agosto 1996. Hubo presión mediática y desde la dirigencia para que renunciara

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Después de su etapa en El Salvador, emigró a Venezuela y puso las bases de la actual Vinotinto.

/ Foto Por Archivo

Por Orestes Membreño / Carlos Vides | Twitter: @chepetiso / @celvides

2015-07-28 8:16:00

La línea de trabajo que llevaba Albert Roca como técnico de la Selecta no es la primera que se corta de forma abrupta. Le pasó también al argentino José Omar “Pato” Pastoriza, quien llegó a El Salvador en octubre de 1995 elegido por el Comité de Selecciones Nacionales (CESEN), entonces dirigido por Roberto Mathies Hill.

Vino Pastoriza con toda la ilusión de dirigir a El Salvador desde el inicio de un verdadero proceso, el 8 de octubre de 1995, con la vista puesta en Francia 1998. Su primer escalón era la Copa Uncaf, que se realizaría en nuestro país en ese 1995.

“El Pato”, que venía de brillar como jugador y técnico en el Independiente de Avellaneda de su país, y que incluía en su currículum a clubes como Gremio, Fluminense, Boca Juniors y Argentinos Junios, inició su camino en El Salvador con derrota de 4-1 ante Yugoslavia, el 12 de noviembre de 1995, en el estadio ex Flor Blanca. Los europeos contaban con figuras como Savo Milosevic, Dejan Savicevic (hizo tres goles) y Sinisa Mihajlovic.

Ya en la competición centroamericana, sin embargo, la Selecta dio un salto de calidad. Aplastó 3-0 a Belice (goles de Mauricio Cienfuegos, Guillermo Rivera y Raúl Díaz Arce), y luego superó 2-1 a Costa Rica (nuevos tantos de Cienfuegos y Rivera). Los del “Pato” pasaron a semifinales, pero ahí fue mejor Guatemala (1-0). Sin embargo, y en menos de una semana, vino otra alegría ante los costarricenses, y con el mismo 2-1 (anotaron “Zarco” Rodríguez y Raúl Díaz Arce) para obtener el tercer puesto regional.  

Ese “bronce” centroamericano vino acompañado del primer boleto a la Copa Oro en la historia de nuestro fútbol, gracias al trabajo del técnico argentino y sus muchachos.

Ya en el máximo torneo de Concacaf, en Estados Unidos, El Salvador inició con un ilusionante 3-2 sobre Trinidad y Tobago (doblete del “Toto” Díaz Arce y otro tanto de Ronald Cerritos); pero después el anfitrión les cortó las alas con un 2-0 lapidario. Ese año, la Copa Oro se jugaba con tres grupos de tres selecciones, y pasaban los líderes de grupo y el mejor segundo a semifinales. No le alcanzó a la Selecta de Pastoriza para pasar.

Tormenta

Ahí comenzó el campo minado para “el Pato”. Desde algunos medios comenzaron voces destabilizadoras: “es un técnico que no trabaja”, “llega a los entrenos solo a ver, no hace nada”; “solo sus asistentes dirigen los entrenos”. La presión era fuerte. Algunos equipos comenzaron a poner trabas para prestar a sus futbolistas a la Selección.

La tensión subió y desde la Fesfut, entonces presidida por Sergio Torres, bajó la orden de colocarle dos “supervisores” a Pastoriza, para vigilar sus entrenos. Tal idea encolerizó al argentino, quien se quejó públicamente. La tormenta arreciaba a nivel mediático, y cada día había más obstáculos para el gaucho.

Pastoriza y su equipo de trabajo (el auxiliar Tarabini, el preparador físico Soma y el preparador de arqueros Cirricione) estaban en el ojo del huracán. Algunos seleccionados apoyaban al gaucho, pero otros no y le criticaban a sus espaldas. Cuestionaban su forma de trabajo en lo técnico-táctico. Además, había malestar general entre los jugadores, por retrasos en el pago de sus salarios, lo que repercutía en la disposición para entrenar debidamente con la Azul y Blanco.  

El argentino terminó poniendo una “renuncia obligada” ante las circunstancias el 17 de agosto de 1996, días antes de un partido amistoso contra Honduras. Según consignó El Diario de Hoy, “el estratega dijo que Roberto Mathies le había pedido la renuncia porque la Federación no lo quería más en el cargo”. Pero Mathies dio una versión distinta: “Se tuvo una reunión con Pastoriza y se llegó a un acuerdo de que lo mejor para el fútbol salvadoreño, para él, la Comisión y la Federación fuera que su contrato llegara hasta ayer”, expresó.

Al “Pato” aún le quedaban dos meses de contrato cuando se dio su ruptura con la Fesfut. Duró 10 meses en el cargo.

Ante lo ocurrido, jugadores como Wilfredo Iraheta Sanabria consideraron la salida de Pastoriza como negativa, “por el tiempo, más que todo, porque analizando estamos cortos de tiempo, viene otro técnico, otra manera de pensar. Es bien difícil”. Discurso similar al que acaban de expresar piezas como Darwin Cerén, entre otros, ante la salida de Albert Roca.

El Diario de Hoy publicó entonces: “Lo cierto es que la historia se repite. Nuevamente el desorden impera en el fútbol nacional: los problemas económicos, los caprichos dirigenciales y la improvisación siguen siendo los mejores ejemplos de la mediocridad en la dirección de los destinos del fútbol nacional”.  Aplica, en todas sus letras, a lo que pasa hoy. ¿Quién relevó a Pastoriza? El nacional Armando Contreras Palma y luego Milovan D’Joric. Hexagonal sí, Francia 98 no. ¿Pasará lo mismo ahora?