Procesos abortados

Nuestro fútbol se desangra entre la impaciencia y la falta de voluntad

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Foto Por Archivo

Por Carlos Vides | Twitter: @celvides

2015-07-27 12:29:00

Somos los reyes de la exigencia y los monarcas de la impaciencia. Como ya fuimos a dos mundiales, los salvadoreños pensamos que sí, que sí tenemos talento, pero lo que pasa es que “nadie va a los cantones y barrios” a buscarlos ni formarlos, y por eso no volvemos a la élite del fútbol mundial. Ajá, cabal, “donde merecemos estar”, decimos.

Y por eso, cuando viene un técnico nuevo, le exigimos resultados, y a las ya. No nos detenemos a pensar cómo se están formando esos jugadores que después llegan a la Selección, cómo comen, cómo aprendieron a jugar, en qué canchas entrenan, en qué torneos se desempeñan. 

Solo demandamos resultados. Tenemos el mínimo de paciencia y, a las primeras de cambio, aparece la lluvia de críticas al por mayor, en plazas, periódicos, taxis, pantallas, emisoras, comedores… Esto ha sido así por años, ya décadas. Demasiadas. 

Este día, estrenamos un especial a dos entregas sobre “procesos truncados”. Recordamos que lo que acaba de ocurrir con Albert Roca no es nuevo, y que ya antes hubo entrenadores que quisieron trabajar y planificar a largo plazo, pero encontraron más piedras que peldaños en su camino.

Hoy, estudiamos el caso del uruguayo Aníbal “Maño” Ruiz. Mañana, analizamos el corto paso del argentino Omar “Pato” Pastoriza (Q.D.D.G.) en la Selección. Y seguimos igual: nuestros “procesos” no llegan ni a feto… y los abortamos. Así de crudo.