SAN SALVADOR. Han pasado cinco días desde que El Salvador finalizó su participación en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 con una cosecha de tres medallas, y cinco atletas elite en cuarto lugar. Para muchos, los resultados no son los más óptimos, pero esas tres medallas se lograron con 52 atletas, tomando en cuenta que nuestra delegación fue una de las más cortas en la justa deportiva.
Los salvadoreños participaron en 21 deportes, con lo que superaron a todos los países de Centroamérica con excepción de Guatemala, y nuestros resultados rebasaron la cantidad de medallas conseguidas en Guadalajara 2011 (una plata y un bronce).
La medalla de plata en Toronto la consiguió, el sábado anterior, el karateca Jorge Merino, en los 84 kilogramos; y los bronces llegaron a través de Évelyn García, en el ciclismo contrarreloj; y Lilian Castro en tiro olímpico, en pistola de aire 10 metros.
Además, se consiguió la clasificación del velerista Enrique Arathoon a los Juegos Olímpicos de Río 2016. En natación, se quedó a menos de un segundo de la marca A con Marcelo Acosta, en los 1500 metros libres; y a 1.7 segundos con Rafael Alfaro en los 200 metros combinado.
Esos resultados han servido para que el Comité Olímpico de El Salvador, a través de su colegiado, realizara un análisis y proyectar el trabajo a las próximas competiciones.
El presidente del COES, Eduardo Palomo; Manuel Arrieta, primer vicepresidente; Luis Álvarez Prunera, secretario general; y Rodrigo Meléndez Hirezi, director ejecutivo, explicaron a El Diario de Hoy que, después de cada participación, hay que emplazar la estrategia y ver cómo encajó en los Juegos Panamericanos de Toronto.
Palomo subrayó que todo es parte de trabajo a largo plazo “que el comité ejecutivo viene realizando desde 2007”, y detalló que han “enfocado los recursos en las áreas estratégicas, adónde, por resultados, y por análisis, podemos obtener mejores resultados”.
En ese sentido, el presidente de la institución explicó que los planes desarrollados (programa de becarios, desarrollo de federaciones y programa de entrenadores) han recibido el auspicio de la empresa privada en calidad de voluntariado.
“Esos son los programas que tenemos con el auspicio de nuestros patrocinadores y hemos abarcado más. Hemos aumentado los fogueos, la participación en más juegos como una necesidad impostergable. Porque los juegos Centroamericanos han dejado de ser para los salvadoreños una respuesta para sus necesidades, y por eso estamos en el área de los bolivarianos, contra Chile, Perú, Colombia, Venezuela, y todos ocupan los primeros lugares del medallero de Toronto. Creemos que ser miembros de Bolivarianos es una respuesta a esa necesidad de alta competencia de nuestros atletas”, comentó Palomo.
Política de desarrollo
Según sus directores, el COES no sólo busca apoyar a los atletas, también programas de desarrollo de las federaciones, y ponen como ejemplo el caso de la natación, de la cual se respaldó entrenadores y centros de entrenamiento.
Lo anterior los ha llevado a enfocar sus esfuerzos en la inversión. “Estamos claros en la construcción de talentos… El desarrollo deportivo en el mundo empresarial es como el mundo de los mercados. Si quieres tener un repunte de tu industria, tienes que desarrollar todos los mercados, y es lo que no se está haciendo en nuestro país”, acotó Palomo, quien agregó que “no es posible que algunas federaciones no hayan podido clasificar a un solo atleta”.
Bajo esa premisa, “para poder ganar, hay que participar”, pasar por un proceso de selección y preparación; y que este cuente con el suficiente financiamiento que brinde a las federaciones, técnicos y atletas, las condiciones óptimas de desarrollo; el COES exhorta una reforma que permita incentivos a la empresa privada que brinde su aporte.
Palomo explicó que “los fondos del Estado llegan condicionados. Las condiciones de un instituto político no sólo pone trabas en los tiempos de entrega de los recursos, siempre hay excusas y un atleta en desarrollo no puede recibir excusas. El Comité Olímpico no pide recursos para el Comité Olímpico, todos son para ser trasladados a los atletas y es injusto que existiendo recursos en el INDES, hayan sido destinados para gastos superfluos y hasta cuestionados, desvíos de fondos como al estadio Las Delicias. Dinero de los atletas”.
Ante esa situación, piden un cambio de modelo en la entrega de los recursos y que éste sea auditado por la empresa privada. Plantean que los donantes, a través del COES, hagan llegar los fondos para la contratación de entrenadores, pago de centros de alto rendimiento, fogueos o participación en juegos.
“Queremos crear un debate sano sobre la verdadera razón de ser del INDES. Ellos tienen que entender su verdadero rol, y las federaciones tienen que tener muchachos que practiquen deporte en las escuelas. Ese debe ser el rol del INDES”, explicó Palomo sobre el impasse de funciones entre las instituciones.
Sobre la inversión de los países vecinos en el desarrollo deportivo, Arrieta señaló que en Guatemala el aporte es muy grande y, al final, éste llega a los atletas.
“Aquí (en El Salvador), el mecanismo de canalizar nuestros impuestos hace al deporte pasar por la burocracia del Estado. No están bien canalizados y un porcentaje alto se van a cosas que no son prioritarias”, señaló.
“Hay que crear incentivos positivos. Como en Colombia, donde la empresa privada participa a través de escudos fiscales por su aportación al deportes”, ahondó Arrieta.
Por su parte, Álvarez Prunera apuntó que “hay empresarios interesados en poder colaborar, pero tenemos que tener una estructura fiscal en donde se puede apoyar al empresario para que tenga más participación”.
El voluntario sentenció que aún con la situación que el país atraviesa, es necesaria la inversión en los jóvenes.
“Sé que fiscalmente el país no está para dar chances a acciones de deportes, lo que éste significa para una sociedad a largo plazo, y que podemos ver que sí vale la pena. Invertir en el deporte, en el esparcimiento del joven, tiene réditos importante”, concluyó Álvarez Prunera.