En Estonia, un país de la exURSS, se mueve algo gigante. Algo que se bien se asemeja a un péndulo de grandes dimensiones.
Si usted es como yo, seguro cuando va a un parque vacío lo primero que hace es subirse a un columpio. Recordar la infancia, el placer de sentirse mareado. Las posibilidades que surgen para pensar mientras te meces en un columpio son infinitas. Es parte de las sensaciones que genera cuando juegas en uno.
Rait Karus es un estonio que vio en un predio la oportunidad de hacer un columpio único. Uno enorme. Seguro la sensación que tiene es distinta por la magnitud del artefacto.
Vamos, no te lo imagines, observa en el siguiente video la experiencia de montar el invento de Karius.
Video tomado de extreme.com