Angélica Vaquero está viviendo una experiencia única a sus 17 años “No conozco palabras para esto, todo es tan grande, tan increíble, tan lindo…” Ella es una de las atletas convencionales que tiene El Salvador en los Juegos Mundiales de Olimpíadas Especiales y participa en aguas abiertas como atleta unificada. Federada en natación, su especialidad es dorso y aquí compite en pareja con Flor de María Méndez.
Su historia con el agua se inició a los 3 años cuando llegó al club “Pez Sierra” por prescripción médica. Tenía débiles los bronquios. Allí comenzó su trabajo con Marvin Sierra, el entrenador con el que continúa hasta estos días. Se entrena todos los días, casi dos horas en el agua y una hora de preparación física. Aunque en el último mes fue una de las que sufrió el conflicto de las piscinas del Mágico entre los clubes y el Indes.
¿Resultado? Se quedó sin entrenar.
Disfruta al máximo cada momento de estos Juegos. “Como sociedad nos han vendido la idea de que la discapacidad se enfoca en lo negativo y es todo lo contrario. Aquí hay niños deportistas que hacen los mismos tiempos que los regulares; otros que hablan 3 o 4 idiomas”, explica con una madurez sorprendente. “Estar conviviendo con ellos y compartiendo la experiencia es algo sensacional. El objetivo es la inclusión y es maravilloso poder ser parte de esto”.