Salvadoreños, siempre presente

Miguel Angel Rivera, su esposa Araceli y el policía Miguel Guerra. Salvadoreños en la USC

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Miguel Angel Rivera, su esposa Araceli y el policía Miguel Guerra. Salvadoreños en la USC

/ Foto Por Gustavo Flores

Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21 | Enviado especial a Estados Unidos

2015-07-31 6:56:00

La enorme comunidad salvadoreña en esta parte de los Estados Unidos no podía estar ausente con semejante evento. Cada día desfilaron nuevos compatriotas que se acercaron a la delegación para ofrecer lo que tienen a mano y saludar a los campeones de azul y blanco. Solidaridad en la máxima expresión.

Los atletas recibieron regalos de todo tipo que les traen desde policías hasta empresarios. Una asociación de Cojutepeque les dio computadoras tabletas a los pesistas, otros han recibido camisetas de distintos lugares. Hubo también compra de zapatillas para todos. Y no faltaron los paseos y las comidas preparadas especialmente para agasajar a los deportistas. Los llevaron al impresionante circo de Los Ángeles y disfrutaron cada día.

Los empleados de la Universidad USC tampoco podían faltar. Claro, los chicos llevan casi una semana en las instalaciones de unas de las universidades más caras de Estados Unidos y son tratados como en casa. Luis Sánchez, uno de los residentes que está a cargo de la delegación, les llevó pupusas con su familia.

Miguel Angel Rivera llegó anoche y les entregó regalos a cada uno de los niños. Él es el encargado del servicio de jardinería de la universidad. Y, a pesar de que lleva más de 30 años en el país del norte dice que su corazón es salvadoreño cien por ciento. “Les digo a los niños que nunca deben perder la honestidad ni los sueños.

Que El Salvador se lleva en el corazón. Yo sigo siempre a los atletas de mi país, en estos tiempos soy seguidor de Darwin Cerén. Y estos atletas de Olimpíadas me hacen sentir orgulloso de mi tierra”. En sus palabras se resumen los sentimientos de la mayoría de los salvadoreños en Los Ángeles, una ciudad muy lejos de su tierra pero bien cerca de sus corazones.