El Monumental y los locales no fallaron a las estadísticas y River Plate se convirtió el campeón de la Copa Bridgestone Libertadores al golear 3-0 a Tigres.
River pegó primero y el Monumental estalló. Tigres, con contados seguidores ocupando algunos lugares de un estadio que ya vio ganar a los argentinos 5 Copas Libertadores, mismas disputadas en este inmueble.
Lucas Alario abrió la cuenta de una final que había ahogado el grito de gol desde miles de kilómetros atrás.
Vangioni llegó por el lado izquierdo y lanzó un centro que Alario ganó con un remate de cabeza y colocó el 1-0 al 44’, para no dejar duda del poder de River antes de ir a los vestidores.
Tigres entendió que, aunque la afición hace falta, el futbol está en la cancha y los títulos se ganan con goles, por eso llegaron al complemento con la idea de cambiar el juego y el rumbo de su historia.
Damm intentó por la banda de la derecha, Guerrón peleó cada pelota y Nahuel Guzmán luchó por salvar el arco, pero un penal de Carlos Sánchez al minuto 74’ puso el 2-0 en el marcador.
Un remate de cabeza, seco y por atrás de Ramiro Funes mató las aspiraciones de Ricardo Ferreti y sus Tigres que vieron, entre lluvia, empujones y cánticos ajenos, como se quedaron a 90 minutos de hacer historia para el futbol mexicano.