A falta de pan son buenas las tortas

Ante la falta de goleadores en la selección nacional, muchos piensan que Fito Zelaya podría ser la solución

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Fito Zelaya sigue siendo tema de discusión para poder ir a la Selecta. Foto EDH

Por Manuel Cañadas | Twitter: @Memecanadas

2015-08-31 2:56:00

La escasez de delanteros que anoten goles en la selección nacional, ha movido a muchos a pensar que Fito Zelaya puede ser la solución para la eliminatoria que se viene. Un muchacho que estuvo involucrado en los amaños, ya que cometió el pecado de asistir a reuniones donde se conspiraba, aunque siempre ha alegado que no tomó un solo centavo. Eso lo hizo caer en desgracia ya que no fueron reuniones de hombres de negocios al estilo que conocemos. Desde entonces ha venido en declive y la estrella que un día lo iluminó a plenitud parece a media luz. 

Ahora algunos le han demostrado su lealtad en tanto la mayoría lo cuestiona, incluso jugadores de la selección se han manifestado en contra de su llegada. Todo ello plantea un problema al nuevo seleccionador nacional, Jorge Zarco Rodríguez quien deberá actuar con mucho tino para hincarle el diente a la situación. Metido en el círculo de las discusiones, Fito ha preferido callar aunque en su momento dijo que había cumplido su castigo y que estaba dispuesto a atender un llamado, en otra palabras prestarle un servicio a unos colores que traicionó.

 Después de todo servirle a la patria no siempre es una realidad encomiable, en un país donde abundan exfuncionarios y expresidentes que se volvieron millonarios durante sus gestiones. Y a eso hemos llegado en este fútbol silvestre donde en los últimos 20 años no hemos sido capaces de producir un jugador de área que sepa que hacer con la pelota en la última línea, solamente jóvenes estusiastas que muchas veces corren sin ton ni son y con eso no se meten goles.

Es que con el advenimiento de los nuevos sistemas, los más perjudicados han sido ellos, porque se les obliga a jugar en solitario, de tal manera que deben rebuscárselas para escapar a las marcas y así poder entrar en juego. En el torneo doméstico, algunos equipos pretenden jugar a la ofensiva, pero cuando salen a jugar fuera de las fronteras, solamente les toca defender. Es que atacan con un elemento que, de no tener movilidad y aguante, se convierte en presa fácil de los defensas contrarios. En ese andar, los número nueve han sido los más perjudicados, pues deben tener además de fuerza, velocidad y capacidad de definición; así como otras características para eludir marcas y enfrentar con éxito a las nutridas defensas rivales.

Hasta hace un tiempo existían dos clases de centrodelanteros, uno era el hombre fuerte, un depredador dentro de los 16.50 que amedrentaba a sus marcadores, bravo, luchador y sin demasiados recursos técnicos, pero que era una amenaza constante. El otro era el zorro del área, un hombre que basaba su trabajo en la picardía, la velocidad, buena ubicación, la anticipación esperando un descuido de sus marcadores para vulnerar la portería rival.

 Ahora el clásico hombre de área es una especie en vías de extinción, esos que perdían parte de su potencial si se les quitaba a los jugadores que los acompañaban sobre las bandas y les servían balones, los típicos extremos que tenían enormes recursos técnicos para tomar la línea de fondo y sabían habilitarlos. En el fútbol que hoy se practica, quien va al frente del ataque debe ser polivalentes, dominar diferentes aspectos del juego ofensivo, cuando no también deben saber defender. Para colmo de males si se hace un recuento de los equipos de la Liga Mayor, los centrodelanteros que hay son extranjeros, muchos de ellos prejubilados, pero ahí siguen.

¡Y así, cómo van salir jugadores con capacidad goleadora!. Solo hombres, con una capacidad contrastada y con una habilidad goleadora fuera de toda duda, son capaces de salir airosos en sus duelos con los defensas rivales, pero no los vemos. Hay algunos que tienen algo de eso: la clase dominante, la fuerza combinada con la velocidad, el cabeceo y el disparo en espacios cortos, pero en nuestro medio lo deplorable es que no producimos jugadores con esas característica. Por eso ante tal impotencia a muchos se les ha ocurrido que a falta de pan son buenas las tortas,… aunque estén podridas.