Cruzando el Atlántico futbolero

GALER??A - VIDEO - HISTORIA - Ihueze Ndubuisi es un futbolista africano que cambió de aires hace un par de años. Su aventura como futbolista lo llevó al país de la garra charrúa, del mate y de los imperiales asados

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Ihueze Ndubuisi forma parte del colectivo africano en Uruguay

/ Foto Por gentileza de Lía Perez

Por Roberto Leiva | Twitter: @RobbieRuud

2015-08-14 5:01:00

Uruguay en la actualidad no se destaca por tener futbolistas africanos. El amigo Ihueze Ndubuisi, es de Nigeria. De la capital Lagos.

En la Primera División de fútbol de la República Oriental, los africanos como tal se pueden contar por muy pocos. En la actualidad, con excepción de cualquier variable que indique el mercado de pases, solo hay uno solo, con pasaporte francés.

Walter Vaz, quien milita en el River Plate (Último club profesional del salvadoreño Christian Esnal) es franco-senegalés. Al menos en estos primeros compases de agosto, es el único africano en la primera uruguaya. Hasta hace unos días, Ihueze Ndubuisi le acompañó, pero no en el mismo club, sino como otro participante más del continente africano en el futbol de la República Oriental.

Ndubuisi militó en un club de fútbol profesional en su natal país llamado: “Eleven Strikers Football Club of Lagos”, un equipo que al menos en la internet, pese a gozar de personería jurídica y reconocimiento profesional, no se encuentra ni siquiera hoy en día en Primera División de Nigeria.

Eleven Strikers de Lagos parece tener como objetivo nutrir a otros clubes de Primera División de futbolistas jóvenes ubicado en Segunda División. Ndubuisi hace constar con una carta de rescisión de contrato que el club es profesional, y que pertenece a la “Nigeria Association of Football Academy”. Es decir, tuvo la suerte de llegar a Uruguay sin siquiera jugar en la primera de su país. Un sueño hecho realidad.

Al menos es una dicha ciertamente, que la disfrutó hasta hoy solo un salvadoreño en la historia del fútbol profesional. Acá en El Salvador muchos jugaron en academias de talento, y puede que llegaran a las categorías inferiores de algún equipo profesional en el exterior, mas solo Víctor Merino Dubón lo logró, pasando de la Academia La Chelona al FC Jazz de Pori, en ese momento en la Primera División de Finlandia. Esa gesta tremenda, es la que logró igualar Ndubuisi cuando partió hacia el Uruguay.

“En Uruguay agradezco que la gente ayude a los extranjeros por si se pierden transitando. Eso es algo que no pasa en Nigeria, diría que es una de las mayores diferencias con mi país. Allá alguien extranjero no tan fácil consigue ayuda por si se pierde buscando alguna dirección. Es muy diferente”, manifestó Ndubuisi

El talento africano tiene seis hermanos. Junto a él totalizan cuatro hombres y tres mujeres. Él es el penúltimo en cuanto a edades. Todos viven en Nigeria. Está solo en Uruguay. Ndubuisi tiene 24 años de edad, no tiene hijos. No está ansioso por tenerlos, pero le gustaría.

Lejos de todo el tema de etnias y costumbres, Ndubuisi indica que una asfixiante diferencia entre Lagos y Montevideo -donde hoy vive- es la cantidad de personas. 

Lo compara un poco con la ciudad de Nueva York, gentío yendo de aquí para allá. A la contra Montevideo no posee tanta población. Lagos es la capital más numerosa de toda África. Lo que confirma el “milagro” de su contratación habiendo millones de personas en su tierra, y seguro miles de futbolistas.

Ndubuisi no tenía claro de dónde era el equipo uruguayo que buscó ficharle y traerlo a América. Él estaba mentalizado que para seguir creciendo como futbolista debía salir de su país, y viajar, y no tenía la mínima idea de dónde exactamente jugaría, pero a él le fascinaba la idea. Cero miedos. Contrato rescindido en noviembre de 2014 y maletas hechas con documentos en mano. Todo dentro de un marco legal, nada al azar. 

“Me gusta viajar, ya lo hice con un par de países en África. Esto ha sido nuevo para mí. Creo que lo que más me gusta de Uruguay es que la gente me pregunte de dónde vengo, cómo me siento y que pregunte sobre mi país de origen. Conocer personas todos los días es muy bueno. Me gusta mucho el mate, pero no me gusta que sea tan caro”, comenta muy serio Ndubuisi.

Ndubuisi juega fútbol desde temprana edad. Perseveró hasta que la academia de fútbol de “Eleven Strikers Football Club of Lagos” le fichó. Con ellos estuvo jugando en Segunda División con el primer equipo. El nigeriano es un mediocampista central.

El talento nigeriano fue contratado por Montevideo Wanderers. Este equipo fue campeón del Clausura Uruguayo en 2014, y jugó la Libertadores que recién ganó River Plate de Argentina. Montevideo Wanderers presume de ser el primer campeón de la historia en Uruguay tras el binomio imperial dado por Nacional-Peñarol.

Desafortunadamente para Ndubuisi, Montevideo Wanderers en lo financiero le adeudó, y tras esa situación, decidió marcharse del club para buscar otro siempre en Uruguay. Algo que no le salió del todo bien. 

Para no perder las formas, Ndubuisi tras su salida de Wanderers decidió entrenar un tiempo con Club Atlético Altos Perú, un equipo infinitamente inferior a Wanderers. Ubicado en la Segunda División del fútbol amateur de Uruguay. Un duro palo ya que su llegada significaría no cobrar e seguir a tono con el tema físico, y saltar de lo profesional a lo amateur. En la actualidad busca equipo y analiza siempre quedarse en Sudamérica, pero es difícil.

De momento estableció contactos con Miramar Misiones, un equipo de la Segunda División Profesional, que el pasado año estuvo en la máxima categoría élite de Uruguay. Es su posibilidad más cercana.

El futbolista nigeriano no conocía a nadie antes de ir al Uruguay. Absolutamente. Es por eso que cada persona con la que conversaba, era una oportunidad para tener una  mejor adaptación en el país sudamericano. Y es por eso también que le gusta mucho tener la posibilidad de relacionarse y crear amistades.

Ndubuisi no tiene mejores amigos futbolistas, pero sí algunos que podrían considerarse buenos conocidos. Gente que no le niega la amistad, pero que no lo puede acompañar en todas. Su mejor amiga es Lía Pérez, una chica que se dedica a las producciones audiovisuales en el Uruguay y lo logró contactar por la ONG llamada “Idas y Vueltas”, que ayuda a todos los migrantes con papeleos legales. Tiene algunos conocidos nigerianos en Uruguay, pero ninguno muy cercano.

El tema del idioma castellano ha sido difícil para Ndubuisi. Lo ha intentado de forma gratuita en la Universidad ORT de Uruguay. De ahí que ello le sirvió mucho para seguir su camino de aprendizaje, el cual claramente, no está terminado. Sigue eligiendo el inglés para comunicarse en un primera instancia.

El sitio “Brecha” de Uruguay señala en un artículo de pago que habla sobre Ihueze Ndubuisi y una aventura de piratas y estafa, pero eso le ocurrió antes, cuando buscó un probable destino futbolero en Europa. El nigeriano viajó de lo más legal, seguro y relajado al Uruguay. Llegó en avión, pasó por varias escalas hasta que con algunas horas de retraso arribó a la República Oriental sano y salvo. 

El amigo africano tiene ya calidad de residente en Uruguay, y quiere quedarse toda su vida en ahí. Cree que el fútbol pese a todo le dará la chance de continuar sin problemas. Le gusta Uruguay porque es muy tranquilo.

Su sitio favorito del país sudamericano es la Atlántida, un lugar de turismo enclavado en la costa. De momento Ihueze Ndubuisi no ha viajado fuera de Uruguay, pero no descarta la posibilidad.

El equipo favorito de Ndubuisi es Nacional de Montevideo. Una vez lo vio jugar contra River Plate en Parque Central. Desde ese día no volvió, y confesó que le gusta mucho Alvaro “Chino” Recoba, quien dejó ya el equipo. El nigeriano cree que el “Bolso” hace las cosas simples como Barcelona. 

Sobre la selección uruguaya opina que le gusta el orgullo con el que representan a su país, que son muy apasionados.

“Entre Nigeria y Uruguay gana mi país, jaja, los charrúas son muy apasionados, un poco más que los nigerianos. A la hora de la verdad igual uno no sabe. Pero elegiré a mi país si enfrentara a Uruguay un día”, comentó Ndubuisi.

De Montevideo Wanderers se contactaron directamente con el representante de Ndubuisi, este le preguntó si quería irse y no lo pensó dos veces. Luego se lo comunicó a su club y recibió el permiso para marcharse y desempañerse como futbolista en Montevideo.

Su jugador favorito en toda la historia nigeriana de fútbol es Jay-Jay Okocha. Mítico jugador del Eintracht Frankfurt y Bolton. Okocha es de los pocos, sino el único que puede contar a sus hijos, nietos y otros, que además de ir a dos mundiales de fútbol, tuvo el placer de humillar, arrodillar y ridiculizar a uno de los mejores arqueros de todos los tiempos: el alemán Oliver Kahn. Ihueze Ndubuisi admite que su modelo a seguir es Andrea Pirlo, alguien que piensa más de lo que corre.

Ndubuisi dice que lo más difícil para él, en su adaptación en Uruguay aparte del idioma es el frío. Algo que no sabía soportar en su natal Nigeria. Cree que es demasiado.

“Creo que la diferencia más notable entre Wanderers y Eleven Strikers es que acá juegan más sucio, y son más inteligentes para todo, para defender y atacar. Hay que jugar duro también porque hay mucha competencia y uno no puede imponer mucho un estilo distinto, pero debes ser mejor.

El volante africano dice que no ha encontrado nada significativo que vincule a Uruguay con Nigeria a excepción de las patadas y la rudeza con la que se practica el fútbol.

Fuera de las canchas a Ndubuisi le gusta aparte de estudiar dedicarse a negocios minoritarios, como venta de prendas de valor u otras cosas que distan lejos de parecerse a un mayorista.

En otro orden, admite que en una ocasión tuvo la oportunidad de ayudar a un africano que había ido a Uruguay de forma ilegal llegado en barco. Piensa que es una condición muy difícil no tener papeles, pero se sintió bien al poder ayudar a esa persona. Le presentó a una persona de migración para responder por el ilegal, y logró ya que esta se pudiera establecer en Uruguay. 

Ihueze Ndubuisi dice que nunca sintió miedo en Uruguay: “Al caminar uno se encuentra a veces con personas que no hacen las cosas bien, pero nunca tuve problemas. No soy una persona que viva con miedo por eso. Me considero valiente, alguien que disfruta andar por ahí”, reflexiona.

El nigeriano cree que en Uruguay no hay racismo como en la Argentina. Dice que hay racismo en las oportunidades laborales y de educación. A veces desde afuera parece como que no hay racismo, es distinto. El racismo cruzando el río de la Plata es más explícito y crudo, opina Ndubuisi. Los afrodescendientes en Uruguay son muy pocos, y la gran mayoría pertenece a los estratos más bajos de la sociedad.

Ndubuisi participó de un documental llamado ”Negro” realizado en Uruguay, que busca retratar la esencia y la manera en cómo viven los africanos en el país.

El futbolista trata de comunicarse cada semana con su familia, que lo extraña, pero que le desea lo mejor, y confía en lo que el hijo que cruzó el charco hace para sobrevivir. No desean que vuelva solo porque sí, entienden las aspiraciones de él, y lo apoyan. Hace años perdió a su padre, y su madre y sus hermanos son los que están pendientes de él. 

Admite que no conoce más gente de momento que llegue de forma ilegal desde África.

El mar es uno de los sitios favoritos de Ndubuisi, y le gustaría conocer pronto Punta del Este.

“En lo particular, creo que un uruguayo es una persona poco amable o amistosa desde el principio. Bastante distantes. Pero una vez que lograste comunicarte con ellos, todo es más fácil. Aprenden a confiar en ti. Debes trabajar mucho por eso, no es fácil, pero al final son personas muy honestas y directas”, reconoce Ndubuisi.

En Nigeria, el clásico es entre el Rangers y el Shootting Stars. “Rangers es un equipo que tiene mucha plata, y compra así buenos jugadores. El otro es un equipo más modesto que siempre logró estar en la cima. Ambas aficiones son muy locas. En Uruguay el clásico es muy intenso. No estoy de acuerdo con que la gente se pelee por eso. Pero les gusta pelearse. Es fútbol amigo, debes aprender a vivir con eso. No siempre se gana. En Nigeria también hay problema de violencias por el fútbol, pero creo que hay más disputas verbales en mi país, no digo que no peleen pero lo hacen menos”, indicó.

Lo que más extraña de su país es la comida y la música, pese a que le gusta mucho la carne, extraña mucho una sopa (Fufu) que hacía en su casa, y también mucho el pescado, que poco se consume en Uruguay. Su música favorita es el Afro hip-hop. En Uruguay el mate, la cumbia y el asado acaparan toda su atención.

Ihueze Ndubuisi confirma que tras colgar los botines (que falta en teoría mucho) se quiere dedicar siempre al fútbol como manager, scout o generando nuevos talentos. No quiere nunca más despegarse de la pelota.

“De todos mis hermanos y hermanas, solo el menor me pidió que si lo puedo traer en un futuro a Uruguay. Él está entusiasmado con la idea de viajar y un día estar conmigo. Veremos si se da”, manifestó el exfutbolista de Wanderers

Ndubuisi tiene esperanza de poder seguir vinculado al fútbol, pero para ello debe esforzarse más. Aún hay juventud en él, y la responsabilidad de seguir su anhelo estará a cargo de él.

Con una sonrisa media se despide. en buscar de que la pelota y él no la corten, de que la amistad siga y se mantenga para siempre. Sobre todo en un país que le exige de a poco ir perfeccionando el idioma, y darlo todo en cada entreno.

Según él la adaptación no ha sido dura, y ha encontrado en sus mejores amigos el apoyo fundamental para seguir adelante. Está muy contento en Uruguay, pero espero seguir dándolo todo para asegurar ahí su futuro. 

Desde su casa en Nigeria, hasta donde reside en Uruguay, hay casi 7800 km de distancia, mas nada hizo hasta ahora que Ndubuisi cambiara su forma de ser y su esencia.

De forma muy modesta y sencilla, mira hacia el futuro con optimismo, a la espera de ser contratado por un club de fútbol y seguir haciendo lo que lo hace más feliz.


Agradecimientos especiales:

Productora de Gestión Cultural “Que parezca un accidente” y Colectivo “Pelota de Japón”. Responsables por la muestra “NEGRO”, Una historia de migrantes: Javier Etchemendi, Gustavo Rivero y Lía Pérez.