SAN SALVADOR. Ganó el partido más importante. No lo había podido hacer en toda la temporadaa 2014-2015 como visitante, pero ayer cumplió. En el que valía la categoría, Pasaquina logró su primera victoria. La más dulce.
Su triunfo a domicilio (0-1) sobre la UES significó el mantenerse en Primera División para el equipo de La Unión. Como ya lo había dicho el técnico Juan Andrés Sarulyte, iba a ser “un punto de vida” y eso es lo que valió su triunfo y terminar con 36 puntos en la clasificación acumulada. Sacó uno más sobre Atlético Marte (35), que también ganó, pero que se marchó a Segunda.
En trece segundos, Pasaquina tenía en mente lo que quería y ya cobraba su primer tiro libre, a cargo de Moisés Hernández, tras una falta sobre Carlos Arévalo. El equipo de La Unión llegó entregado. A buscar un triunfo.
Pero sería la UES, al minuto dos, la que con Wílmer Henríquez pondría en juego también los reflejos del guardamenta Rafael Fuentes, con un tiro libre a ras de piso, que atajó a tiempo el de Pasaquina.
La Universidad llevava en sus planes cerrar con victoria el torneo. No regalar nada. Y buscó la forma en cómo desequilibrar a los “burros” con juego bajo y toque en corto. Si bien Pasaquina trató de mantener la calma, los nervios pasaron factura a instantes donde debía mantener el balón o aprovechar las estacionarias. Como un tiro de esquina que fue bien jugado entre “Morro” y Kordell Samuel, quienes hicieron una pared, pero cuando lo centralizó el primero el balón no encontró receptor y quedó perdido.
Transcurrieron siete minutos, justo cuando el gol de Atlético Marte caía en el estadio Cuscatlán, y como si los unionenses sabían lo que pasaba supieron reaccionar a un tiro de Ricardo Alvarado, que puso la reacción de Fuentes. Era la Universidad la que más propuesta tenía y estaban metiendo en apuros a la última línea pasaquinense.
Los orientales solo se amparaban a esas jugadas a balón parado, como la que tuvo Glauber Da Silva (10’), que se fue elevado pero cerca de la cabaña de Douglas Batres. Pero en general, no tenían una mejor respuesta, jugaban tranquilo a pesar de saber que estaba tratando de salvar la categoría. El equipo solo rescataba la creatividad que intentaba poner Diego Jiménez y cuando lo acompañaba Juan José Romero, en el medio terreno, pero muchos balones se perdían. Faltaba un enganche o alguien que pusiera la pausa y guiara al equipo.
Por derecha, Juan José Hernández subía y trataba de orientar las pelotas o estar al lado de Campos y Samuel. Era insistente e incansable “la Cabra” Hernández, pero poco podía hacer ante las marcas que cerraban los espacios a los delanteros de Pasaquina.
Un ejemplo lo dio “Murciélago” Campos (25’), quien recibió balón de Juanjo Hernández, pero entre tres marcas trató de controlar y remató a marco de Batres, a media altura, pero su disparo terminó suave en manos del portero.
Aunque no tuvo el control total del partido, los “burros” intercambiaron los papeles pasados los veinte minutos y tomaron la iniciativa, pero en un choque que se tornó más de medio campo. Con intentos de la UES de volver a arrastrar marcas, como un contragolpe a los 30’; y de Pasaquina, de buscar sorprender, pero con menos opciones de llegar al frente por carril central.
Solo hasta los 35’, Samuel tuvo una de las más cercanas, con una incursión desde la derecha, mandando una diagonal, pero el balón se fue en dirección abierta, dejando el sinsabor de los “burros”. La Universidad no se quedó atrás y generó la suya con un remate potente que se fue arriba del travesaño de Fuentes (37’).
Cada equipo buscó romper el cerrojo, pero a pesar de sus intenciones lo que les faltaba era concretar. La definición pesaba sobre todo a Pasaquina, que urgía del gol para volver a revertir sus esperanzas de mantenerse en Primera, ya que estaba siendo el descendido por el triunfo carabinero.
La última, de la primera parte, la tuvo (45’) el zaguero Kevin Calderón, quien se sumó al ataque y puso un cabezazo, que terminó con un “¡uh!” de la afición, ante la vista de los jugadores de Pasaquina, tras irse sobre el travesaño.
Una “Cabra” salvadora
Los cambios, sin embargo, tuvieron que esperar en el complemento. A pesar de la urgencia de anotar de Pasaquina, el técnico Juan Andrés Sarulyte siguió apostando con el mismo once. La “U”, sin nada que arriesgar, ganar o perder, se jugó igual. Y la insistencia que estaba teniendo “la Cabra” dio un crédito espectacular a Pasaquina. Y la confianza que le dio al grupo el técnico terminó con frutos.
Al 49’, se desplazó por derecha J.J. Hernández, dominó su banda y emprendió la carrera ante la marca de Wílmer Henríquez, y por su sector remató a puerta balón elevado para el 0-1. Fue como la gloria. La alegría evidente en todo el equipo no se hizo esperar, se fundieron en un abrazo, y apareció la paz para Sarulyte. Un suspiro, un esbozo, un gesto de paciencia entre la intranquilidad. Pero no era definitiva. Nada estaba escrito y la UES también estaba jugando.
Sarulyte sabía que no podía dar nada por sentado y mandó, tras la anotación, a Ricardo Orellana, para ejercer presión del medio hacia adelante.
El equipo de La Unión cambió de actitud, a una más aguerrida, con más corazón, en busca del segundo. El esfuerzo se redoblaba, no obstante, en defensa, cuando llegaba con apuros la UES y metía peligro a su área. Las marcas se sumaban para resguardar el triunfo.
Su afición, que “despertó” tras el gol, hizo sonar los bombos y apoyó con optimismo y fe quedarse en Primera. Pero el juego volvió a caer en el pelotazo, se redujo al medio, con Pasaquina sin bajar los brazos, sin cerrarse, pero sacando el mejor producto al trabajo de Hernández y el refresco que había puesto Orellana.
La UES llegó en al menos tres tiros libres, pero los cobros se fueron abiertos, ante el lamento de sus hinchas. Pero Pasaquina se defendió con uñas y dientes, como el tiro libre que cobró Elman Rivas (72’), y que todo el equipo se colocó en la barrera para cuidar su sector.
Los últimos diez minutos fueron de tensión para los “burros”. Algunas pausas por faltas, que requirieron atención, y las sustituciones sobre todo de la visita para consumir tiempo, sirvieron para terminar de dilatar el tiempo y la ansiedad por el logro de seguir en Primera. Eso sirvió llegar a la recta final.
La Universidad cerró atacando, con Pasaquina defendiéndose, con menor intención ya de irse al ataque. El resultado se le dio. Y estaba escrito que la victoria, el único punto de ventaja sobre Marte valió la categoría. Lo demás fue el fin de una pesadilla para seguir siendo de Primera.