El 1 de mayo de cada año es diferente y tiene un gran significado desde 1994 para quienes aman el automovilismo, ese día fue marcado por un trágico suceso. En la curva Tamburello, en el circuito de San Marino, en Italia, murió a bordo de un auto de F1 el piloto más grande que haya dado Brasil.
Como si fue ayer. La muerte de Ayrton Senna el 1 de mayo de 1994 marcó uno de los hitos más tristes en la historia del automovilismo y del deporte en general. El brasileño había sido tres veces campeón mundial de pilotos en fórmula 1 (1988, 1990 y 1991), y para muchos fue considerado como el mejor corredor de la historia.
Hace 21 años, el automovilista falleció en un trágico accidente en San Marino, Italia, que provocó que más de un millón de paulistas lo fueran a dejar al cementerio.
Senna corrió por Toleman, Lotus, McLaren y Williams, fue ganador de 41 carreras y alcanzó 80 podios. El brasileño falleció cuando tenía solamente 34 años, y su partida dejó un vacío importante en Brasil y en el mundo del automovilismo.
Su muerte, inesperada y desgarradora, contribuyó al enaltecimiento de una personalidad que mucho antes ya había cautivado al mundo entero. Con la visera bajada, Senna se olvidaba de compañeros y amigos y solo vivía para ser el mejor en todos y cada uno de los rincones de los circuitos. Su máximo rival en la pista, el francés Alain Prost, lo recordaba de la siguiente manera: “Era tan diferente, tan completamente diferente a cualquier otro piloto y de cualquier otra persona que haya conocido…”.
Ayrton Senna está considerado como uno de los grandes iconos del deporte gracias a su estilo inconfundible de pilotaje y su eterna sonrisa.
El piloto brasileño recibió un funeral de estado en Brasil, ante unas 500,000 personas se alinearon en las calles para ver pasar el féretro. Fiscales italianos acusaron de homicidio a seis personas en conexión con la muerte de Ayrton Senna, todos los cuales luego fueron absueltos.
El caso tomó casi 11 años para concluir debido a apelaciones y un nuevo juicio luego del veredicto absolutorio original.
Ayrton Senna siempre estuvo muy conectado con su público. EDH/Archivo