METAPÁN. Digno de una semifinal santaneca. Un clásico en la cancha, otro en las gradas. Las hinchadas calera y tigrilla cumplieron anoche con su oficio. El pase a una nueva final no se perdió de vista de la afición, que dejó el estadio con un lleno casi en su totalidad.
No hubo duda de que así iba a ser. El preámbulo en el Quiteño, la semana anterior, se volvería a repetir pero a la inversa. Los metapanecos, con ansiedad porque FAS peleó hasta el final el pase, alentaron a su estilo. Eran mayoría, pero los tigrillos no se quedaron atrás.
La “Turba Roja”, con un corto espacio en los graderíos, metió una presión suficiente en las gradas que logró minimizar lo propio que pudo hacer el espectador local. Por momentos, lo silenció, fruto de la misma tensión que generó FAS.
Los gritos de barra a barra, entre los enrejados que los separaron, no faltaron. Pero el dispositivo policial estuvo siempre atento para evitar alguna trifulca. En los ingresos de los distintos sectores, los registros policiales estuvieron a la altura de un partido de alto riesgo. Pero el comportamiento local, puso el ejemplo al no intimidar ni provocar al rival.
Al medio tiempo, quitando un poco la tensión del partido, también se hubo algunos reconocimientos para el equipo local, así como una premiación a los chicos del nivel 2 del equipo, con un trofeo. Los pequeños disfrutaron una “vuelta olímpica”, como campeones, igual a los mayores, y tuvieron los aplausos locales.
Sin duda, la fiesta en las gradas estuvo completa para Metapán, para FAS, para Santa Ana. Un premio a una afición que nunca abandona, que es fiel en las buenas y malas. Como la de los tigrillos anoche, como la de los caleros siempre.