De Berlín a la B, de la B a Berlín. La selección italiana se encerraba entre las paredes del hotel Lanshaus Milser en Duisburgo. La prensa buscaba respuestas a una de las mayores vergüenzas en la historia del fútbol. “Calciopoli”, la trama orquestada por el director general de la Juventus Luciano Moggi para intervenir en las designaciones arbitrales y asegurarse que fueran favorables a los intereses de su equipo. La investigación arrancó apenas unas semanas antes del arranque de la Copa del Mundo en Alemania.
En medio de la búsqueda de un cuarto título mundial a los italianos se le sumaban los fiscales a su concentración. El modelo del 82 se repetía. Apuestas clandestinas obligaron que el fútbol italiano a un crisis. Enric González lo escribió en la columna que publicaba en El País de España: “los italianos siempre han necesitado tocar fondo para dar lo mejor de sí, forma parte de su ADN futbolístico”. En 1982 redescubrieron esa característica nacional para ganar el Mundial de España. En 2006, Calciopoli les obligaba a seguir el modelo: llegar hasta los más bajo, para ganar de nuevo. Italia ganó el Mundial de Alemania.
La Juventus sufrió el mayor de los castigos. Esa temporada perdió la categoría y cayó a la Serie B del calcio por primera vez en su historia. Además retiraron dos títulos de liga de su palmarés. La “Vecchia Signora” del fútbol italiano fue obligada a jugar en la Segunda División. Campeones del mundo como Gianluigi Buffon y Alessandro Del Piero bajaron con al equipo. Otros se fueron, no sin ser antes parte del proyecto de recuperación de la institución. Las pérdidas por el descenso serían de alguna forma compensadas por la venta de grandes activos. Zlatan Ibrahimovic fue vendido al Inter, Fabio Cannavaro al Real Madrid, Gianluca Zambrotta al Barcelona. Sus traspasos significaron un total de 51 millones de euros en ingresos.
La Juventus empezaría desde el infierno de la Serie B, un proceso diseñado no solo para la recuperación de la categoría, sino para el fortalecimiento de la institución. Del fondo al cielo. Pero para ello tendría que existir un plan y ejecutarlo pacientemente. Un plan que incluía el compromiso de austeridad de la parte deportiva y la agresiva inversión en activos generadores de ingresos. Bienvenidos al Juventus Stadium. La Juve jugó su única temporada en la Serie B en el renovado Estadio Communale, hoy conocido como Estadio Olímpico y consiguió el ascenso. Al mismo tiempo, se diseñaban los planes para la completa reconversión del Estadio Delle Alpi.
Andrea Agnelli asumió la presidencia del club en mayo de 2010. Antes que él, su abuelo, su tío y su padre habían manejado a la Juventus. Andrea tenía entonces 35 años. El nuevo estadio abrió sus puertas en noviembre del 2011. Los ingresos que generó el estadio le permitieron a la Juventus aumentar ingresos en un 25% en su primera temporada de uso. La política de fichajes fue paciente e impidió que ese centro de gastos aumentara la deuda del club. La Juventus estaba encaminada a la reconversión institucional. Esa misma temporada la Juventus ganó su primer título de Serie A de la era post Calciopoli.
Cuatro años han pasado desde aquella temporada 2011/12. El estadio era una realidad que tardó cerca de veinte años en abandonar la mesa de proyectos. Decidieron construirlo con el club derrumbado, avergonzado y Serie B. La Juventus asumió que el mejor momento para un gran riesgo, era el peor de los momentos en la historia del club. El mayor de los peligros era continuar por la misma vía, alquilando un estadio y perdiendo la posibilidad de ofrecer una experiencia enriquecedora a sus aficionados. Reduciendo el potencial de ingresos. La Juventus tiene 87% de asistencia al estadio. Barcelona, su rival en la final de la Champions, llena el Camp Nou en un 70%. En la 06/07 la Juve ingresó 145 millones de euros, en la 13/14, la última temporada de la que se conocen números, los ingresos fueron de 279 millones de euros, 93% más.
Es posible volver del infierno, crecer en una época crítica. El ejemplo es válido para quienes cruzan los brazos y no corrigen el rumbo cuando la dificultad se incrementa. Una cosa más, la Juventus puede recuperar los dos Scudetti que le borraron de su historia. El presidente de la Federación Italiana (FIGC), Carlo Tavecchio, ha dicho que si la Juve retira la demanda en contra de la FIGC estarían dispuestos a charlar sobre la restitución de los títulos. El club de Turín interpuso una demanda por daños y perjuicios al comprobarse que la sanción del descenso fue impuesta sin contar con evidencia suficiente. La Juventus reclama el pago de 443 millones de euros. Tavecchio estará en Berlín para la final de la Champions. También la Juventus.