En la onda deportiva

Armando Segovia y Ernesto Aparicio fueron homenajeados por sus 50 años de servicio al deporte

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Foto Por edhdep

Por Manuel Cañadas | Twitter: @memecanadas

2015-05-17 8:19:00

Fue a comienzos de los años 50 cuando en nuestro país comenzaron a cundir las transmisiones radiales de eventos deportivos. Si bien antes se habían tenido algunas experiencias, hasta entonces se hacía de manera más constante.

En la víspera la música y las informaciones ocupaban casi la totalidad de los espacios, pero poco a poco y tras la contienda bélica de la Segunda Guerra Mundial las emisoras buscan recuperar el pulso y comienza el interés por transmitir los deportes especialmente el fútbol, que pasaba a revestir importancia, ya que hasta entonces era un complemento sin identidad propia dentro de las distintas programaciones.

Aún cuando en el ámbito regional nuestro deporte no brillaba a plenitud; hombres como Carbilio Tomasino, Ricardo Linares, Santiago Chicas, Manuel Rivas Pineda, Miguelito Álvarez, Raúl Pato Alfaro, Roberto Castañeda, Rosalío Hernández Colorado, Raúl Cerna Barillas entre otros, comenzaron a ocuparse de la faceta deportiva y narraban los eventos que se realizaban en el estadio Flor Blanca. 

Por entonces, en Usulután y San Miguel dos cipotes soñaban con emular a los pioneros. Armando Segovia en el Granero de la República se extasiaba oyendo la radio e ilusionándose con algún día empuñar un micrófono desde el mítico Flor Blanca para llevar a los aficionados las incidencias de un partido.

Y en San Miguel, Neto Aparicio como miembro de una familia radiofónica de la Perla Oriental veía como portentos migueleños del micrófono se trasladaban a San Salvador y ansiaba seguir sus pasos. Fue a comienzos de los 60 cuando se vinieron a la capital varios jóvenes en busca de encontrar su estrella: Mauricio Saade Torres, Carlos Escopeta Osorio, Aristídes Pineda, Hugo Adiel Castro, Iván

Leonel Zapata entre otros. En 1965 se funda Gol de KL un programa pionero al cual todos vieron con la ilusión con que un tenor viera a la Scala de Milán.

Y ese programa caminó paralelo y hasta jalonó la escalada de la selección nacional de fútbol en aquellos años dorados. Y si ellos no estuvieron en la alineación del equipo, trabajaron tesoneramente para que la información llegara a los hogares salvadoreños en sus voces tan características. Y quien les iba a decir a Armando y a Neto Neto tal como lo bautizó Rosalío Hernández Colorado que con su llegada un dia iban a estar entre sus nombres más encumbrados.

Es cierto, ellos no pusieron la primera piedra de aquel programa pero han trabajado y siguen trabajando tesoneramente para mejorarlo cada día, llevando como base de sustentación su talento y entrega, desdeñando el más banal cometido que le cabe a la crítica, de mencionar exclusivamente cifras y estadísticas, describiendo con simpleza la realidad mediante las incidencias puntuales de un partido. Pues ellos le agregaron fantasía e imaginación, sacando al atleta de su efímera realidad y lo instalaron en otra instancia, intemporal de la ficción, como creando mitos.

Era cuestión de llevar entusiasmo, alegría, inspiración a los aficionados con notas chispeantes, curiosidades y anécdotas.Y en ese empeño han cumplido más de medio siglo, por eso un grupo de hombres justos de nuestro deporte se acordaron de sus méritos y se organizaron para hacerles un homenaje, encontrando apoyo en las empresas Agrisal, Jaguar Sportic, FESA y en la Asociación de Futbolistas de El Salvador.

El pasado sábado se realizó el evento y ellos llegaron para cumplir con el protocolo, sin imaginar los alcances del acto y que esa gente los quería consentir en grande como corresponde a dos triunfadores.

Y cuando Zully Rodríguez la brillante maestra de ceremonias los llamó para que pasaran al estrado, ellos que saben manejar las emociones, tuvieron que hacer ingentes esfuerzos para no descomponerse. El acto era para agradecerles por ese medio siglo al frente de un micrófono, amenizando muchas horas en nuestras vidas, haciéndonos olvidar tantos problemas y avivando nuestras ilusiones deportivas.