Santa Tecla no cabía de la emoción. En ocho años de historia ya sabe qué es apuntarse en una final de Primera División y logró su pase contra todo pronóstico, ganando en un campo que le había sido esquivo desde 2012.
Había mucha alegría en el plantel del “Pichi” Escudero. Les tocó aguantar el temporal porque no fue fácil aguantar 43 minutos con un jugador menos.
El volante Gerson Mayén, quien puso el tanto que sepultó las esperanzas de Juventud, mencionó: “La expulsión nos perjudicó pero metimos garra y el tercer gol mío fue buen pase de Chavarría y logramos un poco de calma en el partido. Ahora pensar en Metapán que será una buena final”.
Mayén agregó que quiere ser campeón, luego de haber perdido dos finales antes con FAS.
“Es una bendición estar en una nueva final y espero que la tercera sea la vencida para mí porque no gané las dos anteriores con FAS pero tenemos buen plantel”.
El delantero Irvin Herrera, autor del segundo tanto de la tarde, dijo que vive un sueño.
“No puedo explicar la gran emoción que siento porque es mi primer torneo y no todos tienen ese privilegio de jugar una final tan rápido. Ese gol de Mayén nos dio más confianza aunque ya era para terminar el partido y el mío nos mantuvo arriba”.
Su compañero Ricardo Ferreira, quien abrió la cuenta a favor de los tecleños, dijo que se quitó una presión de encima. “Después de haber jugado mal en Las Delicias, lo menos que podía hacer era demostrar que podía ayudar con algún gol y me vino bien porque fue el primero del partido y no había podido anotar antes en la cancha de Opico”.
Para el volante Diego Chavarría, uno de los jugadores que se sacrificó en la marca, mencionó: “Teníamos una estadística en contra y la rompimos y eso dio más motivación, sabíamos que solo nos quedaba el gane. Lo tomamos como una final donde no servía el empate. Nos planteamos bien y fuimos sólidos en todas las líneas”.