Opico pasó de la fiesta a los insultos

No estaban preparados para lo que parecía casi imposible, la sorpresa de Santa Tecla en San Juan Opico. El estadio lucía casi lleno en el sector popular y sombra.

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Un aficionado de Santa Tecla enmascarado durante el partido contra Juventud Independiente.

/ Foto Por Omar Carbonero

Por Víctor Zelada Uceda | Twitter: @zeladauceda

2015-05-17 9:12:00

No estaban preparados para lo que parecía casi imposible, la sorpresa de Santa Tecla en San Juan Opico. El estadio lucía casi lleno en el sector popular y sombra.

Con el antecedente histórico de que Tecla no sabía ganar allí y el empate 3-3 a domicilio que ponía en ventaja deportiva a Juventud Independiente, había mucha confianza en la afición local. Ni el más pésimo habría imaginado que de la fiesta pasarían a los insultos, pero lamentablemente eso sucedió.

Los tecleños en el campo supieron dar tres golpes de autoridad, aunque sufrieran en todo el segundo tiempo.

Si al principio hubo concursos en la cancha, premios para los aficionados que metieran gol, globos rojos repartidos entre los aficionados, la ola de los hinchas en la grada, todo ese espíritu positivo se perdió. Muchos no aguantaron ver celebrar al vecino del departamento en su casa.

Hubo silbidos, insultos hacia sus jugadores. Unos se atrevieron a gritar que el partido fue amañado. Era por desesperación e impotencia.

El más afectado fue el asistente técnico, Salvador Mariona, quien concedía una entrevista a un canal, cuando un pseudoaficionado que se filtró en el sector del acceso hacia los camerinos lo agredió.

Eso desató las provocaciones pero el plantel de Juventud evitó caer en esa trampa y se refugiaron en el camerino.

El técnico Juan Ramón Sánchez fue cuestionado por unos pocos que tampoco asimilaron la derrota.

En Tecla la fiesta era grande, sus pocos aficionados presentes se abrazaban los unos a los otros, coreaban los nombres de sus jugadores y les aplaudían. Los mismos que saltaban de felicidad, en el entretiempo le habían dicho “vendido” al árbitro Joel Aguilar Chicas porque había expulsado con justicia a Rodrigo De Britto.  

Pero así es esto, cuando las cosas finalmente salen bien se olvidan las mentadas de madre. Al final el equipo tecleño y su afición salió sin problemas del estadio. Cada quien se fue para su casa, unos alegres; otros tristes.