El curioso hecho se dio en el encuentro entre Unión Perené y Pichanaki, por la Copa Perú, cuando el árbitro Abrahan Cosillo amonestó al arquero que, en un rapto de inconsciencia, no tuvo mejor idea que correrlo y darle una patada voladora en medio de la espalda.
Mientras Cosillo aún se recuperaba de semejante golpe, Insúa directamente se sacó los guantes y abandonó la cancha, contrariado y ante la sorpresa de todos los presentes.