Ahí está Gerson Mayén, bañado en cerveza; ahí se lo ve a Ricardinho, abrazándose con todos; ahí disfruta William Maldonado, en una pierna pero feliz como pocos; ahí vuela por el aire el Pichi Escudero, la grandeza en envase pequeño. Ahí está todo el plantel gritando una palabra desconocida hasta ayer para este equipo: CAMPEÓN. Y ahí está también en las gradas esa gente tecleña, que no arrastrará multitudes como otros equipos, pero que hoy se sienten los mejores del fútbol nacional. Y con toda justicia. Si señores Santa Tecla es campeón. Y por virtudes propias. Nadie le regaló nada y nadie le puede quitar mérito alguno.
Corta y exitosa. Así es la historia de este sorprendente monarca que tiene hoy el fútbol salvadoreño. Santa Tecla FC empezó entre dudas e interrogantes hace 7 años y hoy es el campeón de Primera. Cuenta con fuerzas básicas, fútbol infantil y tiene un estadio más que digno. Este domingo terminó el cuento con final feliz al ganarle la final al rival más complicado: el tricampeón Metapán. Y lo hizo después de sudar una enormidad y sufrir como pocas veces.
Enfrente estaban los caleros, especialistas en finales. Y en los primeros minutos del juego pareció notarse. Más suelto, decidido y aplomado Metapán. Al fin y al cabo el que llegaba como tricampeón, con 10 títulos en vitrinas, era el decidido favorito. Encima, como nunca antes en una final, los caleros fueron locales en el Cusca. Pero…
Hora de jugar
Fue Henry Hernández el que se llevó el primer susto de la tarde. Irvin Herrera (ese delantero incisivo que Pichi Escudero supo atraer hacia Tecla ante la negligencia de otros equipos) no la pudo meter cruzada tras un error defensivo calero. En la jugada siguiente, Maldonado puso un exquisito pase para Tamacas dentro del área que el lateral no pudo hacer prosperar.
Fue el golpe de autoridad que Tecla impuso en el inicio del partido. Los dirigidos por el Pichi demostraron su jerarquía en esas jugada y pareció animarse a más a partir de entonces. Estaba claro que no iba a ser el convidado de piedra en la fiesta…
Con Pito Ramos como única referencia de punta y la llegada de Odir Flores y Marvin Monterrosa, quien hizo un surco por el carril izquierdo en la primera parte, eran las armas de Metapán para lastimar a Derby Carrillo. Bien parado atrás, el Tecla, respondía con el criterio de Maldonado-Mayén en la media, la velocidad de Irvin y la movilidad de Ricardinho.
La mejor jugada colectiva llegó a los 14?. Mayén (de gran partido antes de cansarse) metió un tunel exquisito y extendió para Tamacas; Irvin disparó al cuerpo de Henry Hernández. De a poco, el equipo tecleño parecía sentirse más cómodo que su rival.
Y llegó el primero: un error de la salida metapaneca propició el robo de Ricardinho y Maldonado puso una definición con su sello. Ganaba el Tecla y estaba bien: tenía que ver con lo que se veía en el campo.
Metapán se sintió tocado en orgullo. Siempre con Monterrosa como punta de lanza por el sector izquierdo, aprovechando constantemente las espaldas de Tamacas. Primero Marvin le dio un buen pase a Ramos, que se demoró. Y en otra jugada idéntica, fue Zavaleta quien tapó con lo justo a Ramos. Otra corrida por izquierda, otro pase de Monterrosa, y esta vez es Parkes quien falla en el remate final. Calcado, pero sin definición.
Cuando la mayoría del público no se había sentado en sus plateas, Cornejo estuvo a punto de facturar el segundo del Tecla. Entró solo por la izquierda en el inicio de la segunda mitad y su remate se fue al poste. En el rebote, no pudo capitalizar Mayén.
Metapán intentó rearmarse después del susto. Y cambió inexplicablemente de costado Monterrosa. Por izquierda había sido una pesadilla, pero en la segunda mitad se pasó al lado derecho y ya no pudo desequilibrar tanto. Parkes, quien rotó hacia el lado izquierdo, se equivocó seguido. Dos veces el jamaiquino entró solo por ese sector. Y las dos veces tiró el balón al cielo.
Maldonado debió salir por un tirón y entró Rivera. Tecla resintió la salida del 10.
La emoción del final
Del lado de los caleros, se buscó mayor profundidad con Víctor Merino por Orellana y los ingresos de Medardo Guevara y Ricardo Ulloa, los últimos cartuchos del Zarco.
Tecla se refugió demasiado atrás y lo pagó caro. Una gran desconcentración en la última línea permitió la filtración de Parkes y Ulloa definió solo. La ley del ex, presente.
Ramos con un cabezazo estuvo cerca del segundo y el partido vivió su momento más emotivo. Y los únicos momentos de zozobra del Tecla. Los minutos finales fueron de un Metapán crecido y un cansado Tecla que solo esperó el final de los 90? para calmarse y reagrupar filas.
Los dos se rearmaron para el tiempo extra. Medardo Guevara se retrasó hasta ser casi un lateral derecho y del lado de Tecla, William Mancía entró por el golpeado Tamacas.
En el “alargue” otra vez Cornejo, como en el segundo tiempo, tuvo la chance de gol en sus pies. Esta vez su disparo bien ejecutado fue mandado al corner por Henry en su mejor atajada de la tarde.
La lesión de Monterrosa dejó a Metapán con 10. Y cuando volvió lo hizo en una pierna. Santa Tecla utilizó el último tiempo extra para hacer valer ese hombre de más. Cornejo desde fuera del área, centros de todos los costados, intentos de Mayén y Ricardinho. Pero nada movió el marcador final hasta los penales.
Allí Metapán falló. Justo ese equipo, que había sido garantía en este tipo de definiciones y nunca había perdido una final desde los doce pasos. Y Santa Tecla inscribe así su nombre en la galería de campeones del fútbol salvadoreño. Lo hizo con un plantel joven, humilde, talentoso y dirigido con maestría desde el banco de suplentes con un Pichi Escudero que también se estrena como entrenador campeón. Salud Tecla, lo tiene bien merecido.