Con un estilo más modesto, la final del torneo Clausura 2015 tuvo un ambiente especial con dos aficiones que llegaron en una cantidad pareja. Al final, el verde fue sinónimo de felicidad, por el triunfo de los tecleños, quienes en su mayoría se quedaron hasta el final de la premiación.
Previo al partido, en los alrededores del estadio, el movimiento era muy normal. Sin mucho tráfico en las calles, ni aglomeraciones de personas en las taquillas o entradas al Coloso de Monserrat.
Las distintas ventas también resintieron el poco movimiento que registraron con los diferentes artículos, que en otro momento se habían vuelto un mejor negocio.
En las gradas, el verde predominó en el lado norte y el azul con blanco, en el sur. En el centro hubo un ancho cordón policial para intentar mantener el control.
Sin embargo, siempre pasa algo en las finales, donde la atención del fútbol queda en segundo plano, cuando aparece el descontrol de algunos “desubicados” que llegan al estadio a todo, menos a apoyar a su equipo.
Esto pasó, durante el partido, en el sector de los aficionados metapanecos en sol general, donde la policía intervino con fuerza, lanzando “macanazos”, puñetazos y patadas, a algunos que se opusieron a estar en orden. Esta trifulca terminó con tres detenidos, quienes fueron sacados del estadio minutos antes de que terminara la primera mitad del partido.
Después de eso, todo volvió a la normalidad. El juego se pudo disfrutar hasta los momentos finales, donde los aficionados caleros se comenzaron a ir luego de que Max Guevara fallara el tercer lanzamiento penal.
Los tecleños se quedaron hasta el final, festejando con el equipo y partiendo en caravana hasta Santa Tecla, donde tenían planificado ampliar la celebración al alcanzar el cielo en la Primera División.