La radiografía de los goles del Clausura, que en total fueron 234, dejan algunos datos obvios y otros muy interesantes. Como se esperaba, hay más goles salvadoreños que de extranjeros. Más de pierna derecha que de izquierda o cabeza, más goles en los segundo tiempos que en los primeros, más goles dentro que fuera del área.
Tomando en cuenta los 96 partidos (90 de fase regular, un desempate, cuatro semifinales y la final), los 234 goles arrojan un promedio de 2.43 por partido, la misma cifra que la tiene la liga de Argentina (2.43), por encima de la Premier League de Rusia (2.40) y la MLS (2.34), y por debajo de Italia (2.88), Alemania (2.75), España (2.65) e Inglaterra (2.56). El promedio de goles por jornada alcanzó los 11.9 y la fecha 6, con apenas 8 goles, fue la más baja de todas.
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Santa Tecla, el campeón, fue el equipo más goleador (33). El boricua Héctor Ramos fue el máximo anotador (14), mientras que David Rugamas e Irvin Herrera fueron los salvadoreños con más anotaciones (11). Metapán fue el que más goles hizo a balón parado. Es que 11 de sus goles provinieron de allí. Es decir, el 36% de los sus goles llegaron por esa vía. Otro bueno en ese rubro fue Juventud Independiente, con 8.
Santa Tecla solo anotó un gol de cabeza –Iván Mancía a la Juve en semifinales- en todo el torneo. Matías Córdoba fue el máximo asistente (6). Los argentinos, representados por 8 futbolistas, fueron los extranjeros que aportaron más goles (26), seguidos por los de Puerto Rico, aunque en realidad sólo hay un jugador de esa nacionalidad: Héctor Ramos.
Por su parte, Águila y Pasaquina fueron los que más aprovecharon los penaltis: anotaron 5 tantos así. En tiros libres, Metapán sacó ventaja de su precisión con 5 goles de esa forma. Eso explica también por qué los caleros son el equipo con más goles desde fuera del área (7). Además, Metapán –junto con Juventud Independiente- fue el club con más goles de cabeza (5).
Lógicamente, como es costumbre, hubo más goles de los locales que de los visitantes. Sin embargo, hay dos equipos que desafiaron esa regla y que anotaron más de visita que de local: Alianza y FAS. El pobre rendimiento como visitante de Águila (sólo 4 goles, el peor de los 10 equipos en esa condición), explica en sí mismo el fracaso del equipo migueleño. El equipo de los Dely Valdés fue el que más sufrió autogoles. De los 5 totales del torneo, ellos se anotaron dos: uno de Henry Romero y otro Miguel Camargo.
Los fallos en la definición por penaltis en la final no reflejan la efectividad que hubo durante todo el torneo desde los doce pasos. De los 38 sancionados, 33 acabaron en gol, tres fueron atajados y dos fueron fallados. Es decir, que se convirtieron el 86% de los ejecutados.