¿Quién por ellos?

Los jugadores de la UES siguen impagos, una situación que para ellos tiene tintes de tragedia

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Futbolistas del C.D. UES en busca de una solución a la deuda que tiene la administración del equipo con ellos

/ Foto Por Ola Roja UES

Por Manuel Cañadas | Twitter: @memecanadas

2015-05-29 3:48:00

El torneo Clausura ya es historia y más allá del resultado los jugadores de ambos equipos finalistas, Santa Tecla y Metapán, deben haber recibido sus honorarios y los premios ofrecidos, como corresponde a quien trabaja.

El sueldo es sagrado y los premios vienen a ser la recompensa a una campaña bien lograda que se define en el partido final ya que no pueden haber dos ganadores, pero que económicamente es esperada por jugadores y dirigentes. 

Ante la deserción de aficionados a las canchas, al menos dos buenas taquillas están garantizadas en el año; pero contrario a esa dicha, los jugadores de la Universidad de El Salvador pasan por momentos aciagos, ya que tienen varios meses de no recibir pago. Es toda una tragedia llegar cada día a sus casas con las manos vacías a sabiendas de que lo trabajado no ha sido cancelado y que si lo hacen ya lo deben.

Porque si malo fuera que no les pagaran por carencia del dinero, mucho peor es que teniéndolo, quienes dirigen no realizan las diligencias necesarias para hacerlo. Y resulta paradójico que en una institución en la que se habla de reivindicaciones y otras frases vanas por el estilo, exista gente que haga hambrear a sus jugadores, habiéndose comprometido para ello.

En ese andar hay equipos en que se tiene el descaro de ofrecer el finiquito a los jugadores a cambio de la deuda. Los muchachos que ha dirigido William Renderos viven un auténtico calvario por el impago de sus salarios, la dirigencia se pasa el reglamento de la FIFA por la entrepierna al ignorar el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA.

Es el momento para que los jugadores despierten y hagan sus demandas ante la Federación que por supuesto tiene pleno conocimiento de tal situación. O deben abocarse a la Asociación del Futbolistas de El Salvador donde hay abogados que los pueden atender y asesorarlos al respecto; se trata de una asociación que siempre ha sido resistida, pero que en esencia busca defender los derechos del futbolista, que les cumplan lo convenido.

Tradicionalmente el jugador ha sido reacio a integrarse a ella, por comodidad, amenazas o miedo, pero cuando ya no les pagan y lo vejan de tal manera, no debería quedarles otra salida que ampararse con quienes siempre han luchado por reivindicarlos. 

Está claro que ante una situación así llevan las de perder, al dirigente poco o nada le importa el drama que puede están viviendo por eso es necesario decir que gente como ellos no debería estar en el deporte, pues la indolencia preside sus actuaciones y más cuando el torneo ya terminó.

Y no es una frase vana, la crisis de nuestro fútbol es la crisis dirigencial, porque la mayoría parecen decididos a todo para usarlo a su conveniencia, promocionarse o para dañarlo. Aceptable podría ser uno que otro error aislado, pero no la contumacia que entraña una larga cadena, para que pudieran caber admisibles disculpas.

Consecuentemente nuestro redondo está postrado, tenemos carencia de valores, estadios desiertos y nula credibilidad pues los aficionados se dan cuenta que los despropósitos no solo suceden en la cancha sino en su entorno popular. La pasada final fue una muestra, si tuvieramos buenos espectáculos, al margen de los equipos que sean, las graderías se colmaran, pero de eso, nada.

Ya basta pues de tantos vejámenes con muchachos que sufren los atrasos porque quien firma los cheques no lo hace, no tiene tiempo o no hay fondos, ellos se ven impedidos de recibir su sueldo y se le va acumulando para después hacer una larga espera de meses para poder cobrar.

Viven ilusionados con que que alguien encuentre un asidero legal para recibir unos honorarios, que cuando les llegan ya los deben y en esa suerte están condenados a vivir de prestado, arrimados a su familia o a gente piadosa que les pueda ayudar.