Warner dice que es por revancha

El exvicepresidente de la FIFA Jack Warner acusa a EE.UU. de tratar de dañar a la FIFA en revancha por no haber logrado la sede de la Copa Mundial de 2022. Warner es uno de los investigados por corrupción

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Foto Por edhdep

Por Agencias

2015-05-29 9:09:00

Pocos delegados al congreso de la FIFA escucharon al Príncipe Ali bin Al Hussein antes de las votaciones que perdió ayer ante el suizo Joseph Blatter, en Zúrich, Suiza. 

El príncipe jordano pidió la confianza del congreso de la FIFA para iniciar “un proceso de cambio” en la organización, “recuperar la confianza”, “hablar con una sola voz” y trabajar “para un futuro colectivo” en una federación de la que “poder sentirse orgulloso”.

“Por el juego, por el mundo es el lema que define la FIFA, pero la FIFA es algo más, no es solo una organización internacional. Nosotros la familia de la FIFA. Reconocemos nuestra responsabilidad y sabemos de la fragilidad de la confianza. Estamos en la encrucijada del fútbol y debemos resolver los problemas, no esconderlos”, dijo.

El príncipe Ali se expresó así en su intervención ante el congreso de la FIFA momentos antes de que empezara la votación para elegir presidente, lo que para algunos fue un discurso muy pasivo, falto de agresividad por no haber atacado a su oponente por su responsabilidad en el escándalo por corrupción en el ente rector del fútbol mundial.

Tras insistir en la necesidad de que la FIFA funcione con “transparencia, democracia y apertura”, Al-Hussein habló también de “luchar contra la discriminación, defender los derechos y restablecer el respeto para el gobierno de la organización” que representa.

“La FIFA no es una compañía, sino una organización de servicios. Somos guardianes de un juego que tiene la capacidad de unir, generar orgullo, alegría e inspirar a los jóvenes. Si me dan su respaldo podemos empezar de nuevo. Es el momento de demostrar al mundo lo que es la FIFA. Tienen el futuro en sus manos. Escuchen solo a su conciencia y su corazón”, concluyó.

Más tarde, sólo 73 delegados le dieron el respaldo, en contra de 133 que consiguió su oponente, lo que lo obligó a retirarse de la contienda en medio de los aplausos de los asistentes, y para alegría del todavía presidente Blatter.