ZURICH, Suiza. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aseguró hoy que no teme a las investigaciones de Estados Unidos por corrupción en la organización, ni a ser detenido.
Blatter prometió que en su nuevo mandato, para el que fue reelegido ayer, trabajará en favor de todos sus miembros, incluidos de los que se opusieron a su reelección, contra la cual los europeos lucharon con tenacidad y sin ocultar su disgusto ante la idea de que el suizo siguiera cuatro años más al frente de la FIFA.
“¿Los estadounidenses están investigando? Tienen derecho a hacerlo, eso no me preocupa. Y no tengo ninguna preocupación en particular por mí mismo”, dijo en sus primeras declaraciones a la prensa tras ser reelegido ayer para un quinto mandato.
Preguntado si él era el “funcionario de alto rango de la FIFA” que -según el pliego de cargos presentado por la Justicia de EEUU- pagó 10 millones de dólares a directivos corruptos de la CONCACAF para que votaran a favor de Sudáfrica como sede del Mundial de 2010, Blatter respondió: “Definitivamente que no soy yo… no tengo 10 millones de dólares”.
Al igual que hizo en una alocución en la víspera ante el Congreso de la FIFA del que salió reelegido, Blatter reiteró que está dispuesto a asumir una parte de responsabilidad por esta crisis, pero que otra parte corresponde al Comité Ejecutivo como órgano de gobierno de la institución.
Entre sus explicaciones de cómo la corrupción ha llegado a tales niveles en la FIFA, Blatter comentó que la UEFA se opuso a una propuesta suya para que la integridad de los miembros de las confederaciones aspirantes a cargos en la FIFA fuese verificada por un órgano independiente.
“Si las confederaciones hubiesen aceptado que el control de la moral de los miembros que entraban en la FIFA fuese verificada por un comité independiente” la situación sería diferente, “pero la UEFA lo rechazó”, explicó.
“Ahora los miembros sólo son controlados por su propia confederación, y por eso he dicho que no soy responsable por la gente que entra”, agregó el presidente.
Para Blatter, la estructura piramidal de la FIFA obliga a implementar un sistema de control no sólo a nivel de las confederaciones, sino también de las asociaciones nacionales.
“La FIFA es una pirámide. Si ahora tenemos estas complicaciones en la cima es porque abajo no hay comités de ética independientes”, señaló.
“Cuando esto se implemente a todos los niveles podremos decir que se puede limpiar (la FIFA)”, declaró en rueda de prensa
Las verificaciones de integridad de los representantes de las confederaciones que quieren dar el gran salto a la FIFA se efectúa en sus propios comités de disciplina, lo que para Blatter es un error.