ZURICH, SUIZA. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter ha dimitido a su cargo luego del escándalo de corrupción que se desató la semana anterior y en la cual hay detendios siete de sus más cercanos colaboradores y giradas ordenes de extradición por el FBI.
El hasta ahora presidente de una de las federaciones más poderosas y polémicas en el mundo, ha convocado a elegir a un nuevo presidente para el organismo.
“A pesar de haber sido apoyado en elecciones, ese apoyo no lo comparten todos. Por eso pongo mi renuncia a disposición. Tomo esta decisión de renunciar para limpiar la imagen de la FIFA. La FIFA necesita una profunda reestructuración”, aseguró Blatter.
Algunos miembros del comité ejecutivo de la FIFA fueron interrogados por la justicia suiza tras el destape, y su presidente, Joseph Blatter, también podría sumarse a la lista.
“La oficina del fiscal general ha interrogado a miembros del comité ejecutivo de la FIFA que votaron en 2010 (en la atribución de los Mundiales 2018 y 2022 a Rusia y Catar) y no son residentes suizos”, indicó el portavoz del Ministerio Público de la Confederación (fiscal), André Marty.
Los responsables de la FIFA que cumplen estos criterios son siete: Issa Hayatou (Camerún, presidente de la CAF), Angel Villar (España), Michel D’Hooge (Bélgica), Senes Erzik (Turquía), Marios Lefkaritis (Chipre),Hany Abo Rida (Egipto) y Vitaly Mutko, por otra parte ministro ruso de Deportes.
Y mientras se intensifica una crisis por corrupción en el organismo rector del fútbol mundial, la FIFA defendió el martes al secretario general Jerome Valcke al intentar distanciarlo de las denuncias de que ayudó a autorizar 10 millones de dólares en sobornos para las votaciones de los países candidatos a organizar la Copa Mundial.
La FIFA dijo que tres pagos por el total de esa cifra mencionados en una investigación federal estadounidense fueron aprobados en 2007 por el argentino Julio Grondona, exdirector del comité de finanzas que falleció el año pasado.
La declaración de la FIFA sucede a un informe del New York Times de que las autoridades estadounidenses creen que Valcke transfirió el dinero en 2008 a cuentas controladas por Jack Warner, expresidente de la CONCACAF y vicepresidente de la FIFA que enfrenta cargos por corrupción en Estados Unidos. El informe cita a funcionarios policiales no identificados.
Los investigadores estadounidenses dicen que un viejo colega de Warner en la FIFA, Chuck Blazer, cree que el dinero fue pagado a cambio de votos para otorgar la Copa Mundial del 2010 a Sudáfrica.
Aunque la declaración de la FIFA no niega que Valcke hubiese sabido de los pagos en 2008, afirma que ni él “ni ningún otro miembro de la alta jefatura de la FIFA estuvieron involucrados en la iniciación, aprobación o aplicación” del proyecto.