AC Milan, de Sacchi a Inzaghi, del cielo al infierno

Cualquier tiempo pasado fue mejor. Frase usada por toda persona nostálgica que en su presente no vive nada bueno...

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El Milan de Sacchi, para muchos, el mejor equipo de la historia

/ Foto Por Internet

Por Juan Manuel Perera Izquierdo | Twitter: @juanmaHumilAfic - Periodista español

2015-06-03 8:07:00

… pero que antes era, por así decirlo, rey del mambo, presumiendo éxitos de su club predilecto.

Eso es lo que piensa cualquier aficionado del AC Milan al ver el desastre en el que se ha convertido ahora el equipo, navegando por “la nada” futbolística, sin un rumbo concreto. Bueno, sí, cualquier rumbo que le lleve lejos de Europa. Y es que el actual AC Milan es, por así decirlo, “un equipo del montón”.

De nada sirven las 7 Copas de Europa del palmarés, o por el resto de torneos conseguidos hasta ahora. El equipo ha bajado mucho su nivel. 

De contratar a grandes estrellas ha pasado a buscar los desechos de otros clubes o futbolistas desconocidos con rendimiento dudoso. Pero bueno, la temporada ya ha terminado y ahora parece que hay dinero que llegará del continente asiático, no sin desaparecer la mayoría del accionariado de Berlusconi, lo que hace pensar que la próxima campaña las cosas irán pos los mismos derroteros o que, al menos, mejorará, aunque sea un poco.

Eso ya se verá. Lo importante es que ya la pesadilla ha acabado. El 9o puesto conseguido esta temporada ha sido una pesadilla. Un mal sueño similar a aquella mala noche en la que al descanso los rossoneros vencían por 3­0 al Liverpool y luego acabaron empatando 3­3 y perdiendo en los penaltis. Mala noche aquella para nosotros, los aficionados rossoneros.

Video tomado del Clarín

No obstante, lo sucedido aquella fatídica noche no se esperaba. Lo de ahora, por desgracia, sí. Y demos gracias, porque La situación actual es mala, por no decir “horrible”. Pero en el AC Milan, en las últimas décadas, ha pasado ésto o algo parecido tras los mejores años. ¿En qué lugar no pasa eso? En el lado rossonero de la ciudad lombarda ya ha pasado varias veces.

Para poder entender esta situación habría que remontarse a finales de los años 70 y principios de los 80. En Italia estalla el Totonero y varios clubes de Serie A (entre ellos el AC Milan) son descendidos de categoría. Massimo Giacomini, que dirigió al club aquella temporada, volvió a ascender al club a la máxima categoría, pero fue despedido al final, haciéndose cargo de la plantilla en el último partido Italo Galbiati, un técnico que estaba en el club para ocuparse de los futbolistas en caso de despidos o dimisiones del técnico principal.

Tras el ascenso a la Serie A una campaña después, Luigi Radice se hizo cargo del club, pero no acabó la liga, siendo sustituido por Galbiati para la recta final. Y el equipo rossonero volvió a descender. Fue Ilario Castaigner quien devolviera definitivamente al club a la máxima categoría, de la que no ha vuelto a caer hasta ahora.

Tras Castaigner llegaron Liedholm y Capello (que estuvo en un corto periodo de tiempo), además de Galbiati, de nuevo, para ocuparse del equipo durante ocho partidos. Capello dejó el cargo y llegó Arrigo Sacchi, directo desde el Parma. El de Fusignano apareció por la ciudad y revolucionó el fútbol.

Allá por 1987 se empezó a gestar el gran club que todo el mundo recuerda ahora como uno de los más importantes de la historia. De la mano de Baresi, Maldini, Costacurta, Ancelotti, Gullit, Van Basten y, un año más tarde, Rijkaard, el AC Milan de Sacchi, recordado como uno de los mejores equipos de la historia, conquistaba títulos por año, incluyendo la Liga, la Copa de Europa (en dos ocasiones) o la Intercontinental, entre otras. Pura leyenda.

Tras la salida de Arrigo Sacchi regresaba al club un Fabio Capello que continuaría esa leyenda vigente. De la mano de Fabio, el Milan se convertiría en el tirano de la Serie A, conquistando tres títulos consecutivos (cuatro en total) y tres Supercopas, también consecutivas. Desde 1992 hasta 1996 el fútbol italiano sólo hablaba un idioma y ese era el rossonero. Con Fabio Capello al mando también se conquistó la 5a Copa de Europa. Sin embargo, toda gran historia tiene un final.

Tras ganar su cuarto título liguero en cinco años, Capello abandonó el club y se firmó al uruguayo Óscar W. Tabárez, que por desgracia, no duró más que hasta los primeros días del mes de Diciembre de 1996. Un experimento con gaseosa. Sacchi regresó para arreglar el entuerto y no pudo dejarlo más arriba del 11o puesto aquella temporada. Lejos quedaban aquellas grandes temporadas repletas de éxitos.

A Sacchi le volvió a sustituir Capello en la temporada siguiente. En 1998 se quería dar un vuelco a la situación para devolver al equipo a lo más alto y con Alberto Zaccheroni en el banquillo se consiguió, a medias. El de Meldola no completó su tercera temporada y tan solo pudo conseguir un Scudetto para la familia rossonera. Otro entrenador que pasaba y pobre rendimiento para un club que, años atrás, estaba en lo más alto del Olimpo del fútbol. Aunque Zaccheroni no contaba con mal equipo. Ganó su Scudetto con Boban, Bierhoff,Weah, Donadoni, Maldini, Albertini, Lehman, Ayala… Jugadores de reconocido prestigio, algunos de ellos ya en el ocaso de su carrera, o casi, pero una buena lista de futbolistas.

Y la temporada de su salida, el entrenador seguía contando con nuevos y buenos jugadores. Por ejemplo, el argentino Fernando Redondo, Shevchenko, Gattuso… Pero a la vez, los experimentos raros se acumulaban en el primer equipo: Chamot, Guglielminpietro, Ibrahim Ba, José Mari, etc. Nombres que, si la etapa de Sacchi anterior hubiera continuado, nunca hubieran formado parte de la plantilla milanista. Pero fueron rossoneros y la historia lo contempla.

Tras la despedida de Zaccheroni, cogieron el club Cesare Maldini y Mauro Tassoti, durando sólo ocho meses en el cargo. Luego, Fatih Terim y Di Gennaro, que tampoco serán recordados por su trayectoria en el banquillo milanista con mucha alegría. Y llegó el 6 de Noviembre de 2001. 

El día en el que firmaba como primer entrenador un viejo conocido, Carlo Ancelotti. El que fuera centrocampista en la época dorada con Sacchi, entre otros, retornaba a la primera línea del club nueve años después de haberlo dejado como futbolista.

El primer año para Carlo Ancelotti fue una toma de contacto. En el 2o ya dio la cara. Coppa Italia y Champions League en su segundo año como entrenador rossonero; Scudetto y Supercopa Europea en el tercero; Supercopa de Italia al siguiente yluego otra Champions y el Mundial de Clubes. Con Dida, Maldini, Nesta, Pirlo, Rui Costa, Seedorf, Inzaghi, Shevchenko… Con estos jugadores conquistaron la 6a y la 7a, y perdieron otra, la ya nombrada anteriormente frente al Liverpool en una noche fatídica del mes de Mayo. 

También estaba Kaká, que vino de Brasil para conquistar el Balón de Oro como jugador rossonero. No obstante, como ya pasó tras la primera mitad de los 90, todo lo bueno se acaba algún día y, con la salida de Carlo Ancelotti se marchó el espíritu ganador de un club histórico.

Desde la conquista en 2007 de la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, el AC Milan solo ha ganado dos títulos: el Scudetto de la 2010­-11 y la Supercopa italiana al año siguente, ambos títulos de la mano de Massimiliano Allegri, ese entrenador que ahora está dominando Italia y sorprendiendo en Europa con la Juventus de Turín. Tras la marcha de Allegri (fue despedido en Enero de 2014), Tassoti ocupó el banquillo rossonero de manera provisional por un partido que, por cierto, el AC Milan ganó.

La cúpula directiva sorprendió a propios y extraños al contratar a Clarence Seedorf (ex jugador del club) y futbolista aún en activo en ese momento, que estaba de pretemporada con su club de Brasil. El fichaje era, más bien, para que la gente se volviera a ilusionar, porque ya estaban hartos de la gestión de un eternizado apellido como Berlusconi en el poder. Seedorf llegó y la familia rossonera se volvió a ilusionar, pero no fue suficiente.

El equipo fue de más a menos y acabó cayendo, el primero, el entrenador. Como siempre en el fútbol en una situación de Pippo Inzaghi, otro ex futbolista reconocido rossonero se hizo cargo del primer equipo tras estar con los juveniles y fue el encargado del banquillo durante esta última temporada. No había ni plantilla, ni ilusión. Quizás, la irrupción de Hachim Mastour (joven al que le gusta el fútbol espectáculo) y algunas contrataciones o cesiones como las de Diego López, Ménez, Cerci, harían aumentar el nivel de la plantilla. También se esperaba mucho de un El Shaarawy castigado por las lesiones, pero nunca apareció.

Ya se acabó la liga. Ya la familia del AC Milan está de vacaciones. Llega, parece, un inversor desde Tailandia, con dinero fresco, pero la mayoría accionarial del club la mantiene Silvio Berlusconi, que tiene a su hija Bárbara más al frente del club que a su propia persona. 

Hasta Ariedo Braida, escudero de Berlusconi, se marchó de allí con destino a Barcelona. La historia, que bonito es recordarla y que malo echarla de menos. Aquí el que les escribe es un aficionado reconocido rossonero que vive, desde la lejanía, los éxitos y fracasos del AC Milan como un aficionado más de esos que van cada quince días a San Siro (pronto habrá nueva casa).

Un aficionado que desea con todas sus fuerzas que el AC Milan deje de ser objeto de burlas o de menosprecios y vuelva a ser el temido equipo que conquistaba títulos año tras año. Pero eso es sólo un deseo, nada más. Espero y deseo, que “il club piú titolato al mondo” vuelva a ser “il club piú titolato al mundo”. No pido nada más. Sé que es mucho pedir y que hay otros clubes que luchan por esos mismos objetivos año a año.

Sin embargo, la sangre rossonera me pide ánimo y lo vivido en los últimos años me ha hecho perder casi ese ánimo que antes tenía. Quiero que vuelva a resurgir. Por eso digo con todas mis fuerzas ¡Forza Milan!