Real Destroyer es de Primera

El equipo del Puerto se convirtió en el nuevo ascendido a Liga Mayor, con global de 3-1. Perdió en el Barraza, pero le alcanzó para ser campeón tras dos años de existencia

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El equipo del Puerto, Real Destroyer se convirtió en el nuevo ascendido a Liga Mayor, con global de 3-1.

/ Foto Por Foto EDH/Douglas Urquilla

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2015-06-14 5:32:00

Lo logró. Real Destroyer, después de dos años de existencia, tuvo que recorrer un camino duro, como el de cualquier equipo, para convertirse ayer en el nuevo benjamín de Primera División. Superó la serie “finalísima” frente al Guadalupano con un global de 3-1, a pesar de caer en el Barraza 0-2.

Pero esto se convirtió en parte de esa breve historia que lleva consigo, desde que comenzó a jugar en la Segunda División en el Apertura 2013.

Su camino lo dejó con un primer torneo en el que terminó en puestos bajos; luego, para 2014, llegó a semifinales (Apertura) y, después, a cuartos (Clausura), donde quedó eliminado por el mismo rival de ayer. Y este 2015, con una gran campaña, siendo campeón, lo redondeó con el ascenso. 

Llegó a San Miguel obligado a superar 90 minutos para hacer realidad el sueño. Con responsabilidad y jugando ante un rival presionado y urgido, consiguió el objetivo. Pero antes, por errores en cobertura y sin poder conseguir una anotación más, estuvo cerca de que el local lo empatara sobre el final. No obstante, estaba escrito que su historia lo llevaría a Primera.

Guadalupano sabía que no podía guardarse nada, y salió a buscar el partido, urgido, y trató de aprovechar un tiro libre de entrada, que fue bien cobrado, pero la zona defensiva porteña estuvo atenta a despegar el balón. Después, sería un tiro libre el que pondría en aprietos a los migueleños, ya que fue rematado por Martínez, directo a los guantes de Elio Guillén.

Se fueron así los primeros cinco minutos. Y la reacción de los locales siguió generando presión. Al ocho, estuvo cerca del descuento el colombiano Dairon Toledo, quien metió disparo potente y se estrelló en el travesaño. Parecía que era el primero, pero se le negó al equipo oriental, como la más clara hasta ese momento.

El Destroyer intentaba tranquilizarse, pero comenzó a tener ciertas desconcentraciones en el medio, por donde perdió algunos balones que siguieron dando proyección al Guadalupano. Los de La Libertad intentaron salir, sobre todo por corredor izquierdo, con Carlos Martínez, y al medio con Odir Soriano. Pero pasaron once minutos, y no conseguía llegar con peligro al área defendida por Daniel Gutiérrez.

Los “lupitos” mantuvieron la iniciativa y su tónica, y siguieron generando estacionarias. Sin embargo, tras el susto que sufrió en el arranque, Guillén estuvo más atento y su última línea mostró mayor comunicación. Guadalupano, sin duda, adelantó líneas y sumó dos delanteros y un nexo, para llegar con tridente al ataque y doblegar el refuerzo atrás a la visita.

Por momentos, también apareció el juego más de fuerza e inteligencia, para alejar cualquier balón por sector donde corría Rosemberg Cuevas. Guadalupano no cedió y demostró más ganas por buscar un gol que le diera vida, que lo mató la ansiedad.

Fue Eliseo Salamanca quien trató de poner la esperanza, a los 22 minutos, cuando definía de cabeza un centro y el balón parecía ser el primero en la red, pero la línea dos, Ivón Ayala, levantó su banderola porque “el Toro” estaba adelntado.

El Destroyer intentó no desesperar y realizó un primer cambio técnico, llegando Raúl Orellana por Martínez (27’), para moverse a momentos con dos contenciones, y que también se sumara y bajara Cuevas al medio.

Pero el cuadro oriental volvió a tener otra de proyección, y el ansia por anotar volvió a ser evidente. Tras un tiro libre, Ever Martínez no pudo rematar a marco a media altura, sino que mandó el balón a las tribunas (29?), desesperando más a la afición.

Los de Nueva Guadalupe consiguieron dominar, sin necesidad de definir, al Real Destroyer, adoleciendo de la contundencia y con el tiempo en contra que se dilataba aún más. El equipo portuario, con todo y sufrimiento, pero teniendo la ventaja, tuvo que tomar la decisión de defenderse. Encaró así el cierre de la primera mitad, pero todavía obligado a marcar un tanto, para sacarse la presión.

Moralmente, estaba bien Guadalupano, y así apareció para el complemento.

Un gol… la diferencia

Con todo y su entusiasmo y con una buena moral, consciente de que no tenía otra oportunidad, Guadalupano jugó un segundo tiempo abierto. Realizó así dos cambios (50’), con la llegada de Manolo Meza y, luego (51’), de Ferdis Hernández, lo que dio refresco al grupo por el mediocampo. El DT Omar Sevilla puso, de esta manera, a toda su artillería para buscar el partido. Y consiguió lo que buscaba.

La experiencia de Salamanca tuvo que ver, cuando maniobró el balón entre las marcas, vio a Gerson Serpas y lo acompañó, para cederle el balón y que éste definiera el 1-0, dejando un global de 1-3.

Tras eso, creció Guadalupano y Destroyer se quedó sin opciones para ir al ataque. El equipo necesitó, también, realizar cambios y finiquitó sus variantes. Las llegadas de Juan Bonilla y Fran Medrano significaban encontrar el control de balón y salida, con Medrano, y tratar de contragolpear y anotar, con Bonilla. El equipo, sin embargo, también aprovechó algunos contactos para poner la pausa e intentar frenar las escapadas de Guadalupano.

Los cambios llegaron a dar tranquilidad a los de La Libertad, oxigenaron el medio y aprovecharon el bajón que tuvo el equipo migueleño, pese a tener el gol. Esto les permitió tener una mejor recuperación y jugar por las bandas, pero contó mucho la atención que mantuvieron en el fondo David Hernández y Eduardo Vigil, por izquierda, por parte de los locales, quienes remataron todo tipo de balones que llegaron a su sector.

El tiempo se agotaba, pero no bajó los brazos el cuadro de Nueva Guadalupe, que con un jugador menos poco más de diez minutos sobre el cierre de partido, por una lesión de Ferdis, consiguió ponerse a tiro de empate. Al 86’, Salamanca recibió un centro, burló la marca de Cuevas y, de cabeza, puso hasta el fondo el 2-0. La emoción de la hinchada creció y pidió el tercero. El equipo lo peleó. El cuerpo técnico lo sufrió. Pero Real Destroyer logró el ascenso.

La felicidad de unos porteños que festejaron con abrazos, locura, felicidad su copa, la que los lleva directo a la Primera. Y en la que esperan estar por largo tiempo.