Boleto y reencuentro

La Selecta ganó y goleó… quizá no gustó tanto, pero resolvió ante St. Kitt y Nieves. La afición pasó de algunos silbidos a las palmas. Renace la esperanza hacia Rusia 2018

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Darwin Cerén y Pablo Punyed celebran el primer gol de El Salvador contra San Cristobal y Nieves.

/ Foto Por Marlon Hernández

Por Carlos Vides | Twitter: @celvides

2015-06-16 9:42:00

Llegaron los goles. No con un fútbol brillante, ni con la superioridad que refleja el 4-1 final, pero sí con buenos tramos de partido, con el toque abajo que tanto pide la afición porque funciona. El Salvador volvió a sus orígenes y así eliminó a la combativa St. Kitts y Nieves en el Cuscatlán, para avanzar a la próxima ronda hacia Rusia 2018 en Concacaf.

Roca no tocó demasiado al equipo que empató 2-2 en Basseterre. A pesar de jugar en casa,  y aún cuando afición y periodismo pedían atacar con dos hombres arriba, el catalán solo cambió ficha: sacó de la titular a Irvin Herrera y puso a Nelson Bonilla, el hombre del Vittorul rumano.

Tampoco repitió Dustin Corea, y en su lugar saltó Pablo Punyed para aportar en el centro del mediocampo, un poco detrás de Bonilla. Distintos nombres, pero mismo esquema, un 4-2-3-1 que, en el papel, debía ser ofensivo. Eso sí, Alvarez por derecha. Más cómodo. Mejor.

Tampoco Jacques Passy, el mexicano a cargo de los “Sugar Boyz”, tocó mucho su libreto. Le apostó a la misma base pero le dio oportunidad a O’Loughlin. Y todos a buscar el “Cuscatlanazo”.

El Salvador no dejó tiempo para que los nervios le jugaran en contra, y ya al minuto tres abrió la cuenta. Córner de Larín desde la derecha, mal rechazo de la zaga y derechazo rabioso de Cerén. A soltar la presión corrió el ex Juventud Independiente, que recibió el abrazo de sus compañeros y de un eufórico Roca, que gritó ese gol como si se tratara de un triplete del Barcelona.

En teoría, el grifo ya estaba abierto. Lo que debía venir era una cascada de goles de color azul. Pero no. Lo que pasó fue que la Selecta cayó en un bache, se fue del partido y retrocedió un par de pasos en la cancha, los mismos que avanzó St. Kitts. Los caribeños apretaron, aprovecharon el bajón del local y comenzaron a llenar de tiros de esquina a un abatido Carrillo.

La presión pareció unirse a la mala fortuna al 26’, cuando todos en el Cuscatlán vieron la mano de Menjívar en el rechazo de un córner… menos el referí nicaragüense y su equipo. Menos mal.

El juego ya había caído en el descontrol que convenía a los caribeños. Al 33’, Cerén perdió una bola en la media y Thomas se fue solo entre los zagueros cuscatlecos, hasta que pateó, otra vez menos mal, a manos de Carrillo.

Cuando peor lo hacía la Selecta, despertó. Vinieron tres andanadas que pudieron ser el 2-0: Alas no se la pudo dar a Álvarez al 34’; Cerén se metió hasta la cocina al 38’, pero su pase no lo conectó Larín con comodidad; y al 44’ hubo un gran contragolpe de Darwin, quien abrió para Alas, pero el del Municipal no la dio de primera y Bonilla cabeceó “machucado” por un rival. Y en la última del primer tiempo, Larín la metió a la caja, volvieron a rechazar mal los caribeños, pero el pase de Xavi a Mendoza lograron resolverlo en lo último.

Con la soga al cuello, los antillanos salieron a presionar en el segundo tiempo, pero al 54’ recibieron otro palo en un córner: cabezazo de Molina, no resuelve la zaga y la hunde sobre la línea Bonilla. Y seis minutos después, de nuevo Bonilla hace daño, cuando Archibald lo bajó dentro del área. Penal. Lo cobró Álvarez, se lo tapó el arquero pero el mismo jugador del Videoton logró definirla para el 3-0.

Pero, como siempre, tocó sufrir. En el enésimo córner de St. Kitts, le entró Harris ante la pasividad de la zaga para marcar de cabeza el 3-1 parcial que acercaba a los caribeños. Esto pasaba al 69’, cuando todavía quedaban arriba de 20 minutos de partido.

Justo ahí, cuando los nervios se la podían comer, fue cuando la Selecta sacó lo mejor del criterio, oficio y toque asociado de sus jugadores. Mantuvieron el control del balón y jugaron con la ansiedad de los “Sugar Boyz”, que se terminaron de desmoronar al 80’, cuando llegó el golazo de la noche.

Fue pelota abierta por izquierda para Punyed, quien metió un pase quirúrgico al primer palo para Bonilla, que marcó su doblete y llevó al éxtasis a la afición, que se reencontró con una Selección en la cual creer.

El Salvador ya está en la tercera ronda de las eliminatorias de Concacaf hacia Rusia 2018. El global de 6-3 a favor del equipo nacional da para reflexión, no para la euforia. El sorteo de la próxima ronda será en julio… ahí podría tocar una Jamaica, Guatemala, Haití, Nicaragua, Curazao… Por ahora, a festejar, Selecta.