El Salvador ya está en la tercera fase de las eliminatorias Concacaf. Atrás quedó St. Kitts & Nevis, una pesadilla en el partido de ida jugado en la isla caribeña y una selección débil y vulnerable ayer en el Cuscatlán. La goleada sirve para pasar con holgura y mejorar la pobre imagen dejada el jueves pasado pero también deja ciertas dudas de funcionamiento y muchísimo margen para la mejora. La certeza es que se debe progresar y que se puede hacerlo con estos jugadores…
A pesar de los errores y la falta de coordinación que se vio en varios pasajes del juego de ayer (sobre todo en el primer tiempo) hay que ser realistas y decir que en cinco días se mejoró mucho. . Esta vez la defensa estuvo más segura, Larín inquietó con sus incursiones, Cerén se volvió a parecer a Cerén (a pesar de jugar con molestias), Punyed jugó su mejor partido en la Selecta y Bonilla confirmó que hoy por hoy es el mejor delantero que tiene El Salvador.
Pero Arturo Álvarez volvió a quedar en deuda. Sabemos que de sus pies nacen las mejores jugadas salvadoreñas. Y cuando el volante de Videoton no aparece, la Azul suele naufragar en ideas ofensivas.
No todo fue positivo. Fue una Selecta desordenada en varios tramos del primer tiempo, donde fue superada por un rival que se cansó de desperdiciar pelotas paradas. Los goles atenuaron el camino en la segunda parte.
También deja una certeza la goleada de anoche: la idea de cambiar de entrenador debe ser definitivamente dejada de lado. Si ante cada mala imagen que deja un equipo Azul se pensara en cambiar de técncio como es la idea de parte del Comité Ejecutivo de la Fesfut (otra vez dividido) la silla de este banquillo sería la más “eléctrica” del mundo del fútbol. Lo mejor es mantener la cordura y serenarse. Apostar al largo plazo es el desafío.
Ni para emocionarse ni para decepcionarse. Así fue el pase de la Selecta a la 3a ronda de eliminatorias concacaf. Se imponer el equilibrio en la búsqueda del crecimiento.