Muchas cosas para el cambio

Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros. "La granja de los animales". George Orwell

descripción de la imagen
Foto Por Archivo EDH

Por Fernando Palomo | Twitter: @Palomo_ESPN

2015-06-21 4:29:00

Nos hemos convertido en una sociedad que espera que terceros le solucionen sus problemas. Nuestra sociedad (la sociedad futbolística seguramente) espera siempre que la figura del entrenador de la selección nacional realice la reconversión total del fútbol. Por esta antítesis de cualquier virtud, es que el cargo de entrenador de la Selecta tenga una duración de “hasta nuevo aviso”; se supone que él sea el responsable de provocar los grandes cambios del fútbol nuestro. Así será hasta que nuestra sociedad (la futbolística seguramente) se responsabilice de la construcción del destino de su deporte y deje de esperar la llegada de figuras mesiánicas que la haga por ellos. 

Albert Roca, o el nombre que tenga el entrenador de turno de la Selecta, no es el único responsable de corregir los problemas del fútbol nacional. Para la dirigencia de la FESFUT, el entrenador de la selección nacional es contratado para librarse de la obligación de responder por la edificación de un mejor fútbol. La responsabilidad total recae en ellos, los dirigentes. Contratan entrenadores para liberarse de esa obligación. Son ellos los que deben mejorar la perversa estructura del juego en nuestro país. Los dirigentes aprovechan ser parte de una sociedad que espera que otros promuevan los cambios, para el dirigente del fútbol nacional, es conveniente dejarle esa responsabilidad al entrenador.

No hay otro interés distinto para llevar ante el público la percepción de que se ha hecho un trabajo importante, para que aterrice en el medio salvadoreño un entrenador que se encargará de sacar adelante al fútbol. Por esto,  los reciben con una fanfarria mesiánica. Acostumbrados a repeler la mediocridad, los entrenadores empiezan a reclamar por cambios. Hay una realidad, pero en el dirigente del fútbol salvadoreño no existe voluntad para que esta realidad cambie. Si el DT reclama por que mejoren las canchas, que profesionalicen el medio, que aporten mejores condiciones para la práctica del fútbol, el técnico se expone a perturbar el ambiente. Eso es lo que ha pasado recientemente. 

Roca expone varias verdades que incomodan a aquellos verdaderos responsables de provocar los cambios, ellos ,para defenderse, enfrentan al entrenador de la selección nacional a la gente. Son métodos de operación ancestrales en nuestro fútbol. El dirigente recurre a los obsecuentes aliados mediáticos para filtrar el salario del entrenador. En un país en el que abundan las necesidades, si un DT incomoda al dirigente de fútbol, el dirigente se protege. Así que la afición cree que es el entrenador el responsable de cambiar el fútbol nacional, además de recibir demasiado dinero. La afición se siente ofendida, traicionada. Incluso le hacen creer a la afición que el salario del entrenador nacional sale del bolsillo del dirigente. 

El entrenador de la selección nacional, lleve el nombre que lleve, no es el único responsable de la corrección de los problemas del fútbol salvadoreño. Responsables hay más arriba. Los encargados de proveer talento para que de él se nutra el equipo nacional no hacen su trabajo. Hay que buscar responsabilidades en aquellos que se han negado por años a establecer un mejor programa de educación deportiva para la niñez salvadoreña. Seguramente, los encontrarán en quienes han negado la inversión en la infraestructura deportiva nacional. No hay duda quiénes son responsables. Responsables son aquellos que han dirigido al fútbol sin un proyecto claro.  

Al entrenador Albert Roca, lo van a evaluar una vez termine la Copa Oro. Sobrarán, en los medios, quienes les digan que es un torneo en el que, por historia, El Salvador debe superar la fase de grupos. No hacerlo será algo muy parecido a un fracaso. El Salvador le ha ganado a Canadá solo una vez en los últimos veinte años. Desde el año 2000, ocho partidos sin triunfo ante Jamaica. Desde entonces, dos victorias ante Costa Rica en dieciséis partidos. Esa es la realidad. Lo demás es un intento por liberarse de responsabilidades cuando el fútbol salvadoreño necesita muchas cosas para cambiar, no la cabeza de un entrenador.