¿Qué pasó con Frida Larios?

Exseleccionada nacional de voleibol, en las modalidades de sala y playa; ahora tiene éxito en el mundo de la arquitectura y el diseño

descripción de la imagen
Foto Por edhdep

Por Carlos Vides | Twitter: @celvides

2015-06-21 9:01:00

De los 5 a los 15 años, Frida Larios fue una exitosa gimnasta del club Tembag. Al llegar a la Escuela Alemana, el voleibol se le metió en cuerpo y alma, para siempre. Fue llamada junto a Virginia Arango, Karla Lahúd y Solange Lavagnino a una preselección Sub-17 de voleibol de sala y formó parte de un grupo que viajó a Nicaragua. Creció, mejoró y vinieron muchos años de participación en centroamericanos mayores de esta modalidad. 

Luego, en 1996, Frida inició en el voleibol de playa, y junto a Ana Luz Aquino se convertirían en referencia de este deporte en el país y Centroamérica, llegaron a ser campeonas del istmo en repetidas ocasiones, hasta consagrarse en los Juegos C.A. de Guatemala 2001. Antes, habían representado a El Salvador en los Juegos Centroamericanos y del Caribe (CAC) de Maracaibo 1998.

Previo a los Juegos de 2001 hicieron unas clínicas de entrenamiento en Hermosa Beach, California, junto al reconocido entrenador Dick Blount. Clave para ganar el oro regional. 

Fueron años intensos, donde “estuve absolutamente dedicada al deporte, los fines de semana a jugar torneos nacionales (en el campeonato nacional) de voleibol de salón, y luego también en el campeonato nacional de voleibol de playa que se daba regularmente. Ya en mi etapa de playa, con Ana Luz compaginamos naturalmente desde el día número uno de entreno en ‘la canchita’ (a la par del Gimnasio Adolfo Pineda, en la Colonia Flor Blanca). Los entrenos iniciaban exactamente a las 5:30 a.m. Lo cual requería levantarse a las 5:00 a.m. Entrenábamos a esa hora porque éramos atletas semiprofesionales. A las 8:30 había que estar bañaba y cambiada para iniciar una faena de trabajo ‘verdadero’. En mi caso, tenía un estudio de diseño llamado Ideas Frescas y debía atender clientes o dar clases en la escuela Mónica Herrera”.

En ese periodo, la dupla Larios-Aquino se juntó a su par masculina, Rafael “Tribi” Vargas y Jeovanny “Camello” Medrano, para tener fogueos de alto nivel: participaciones en el Beach Volleyball World Tour en Europa y Brasil, y el Tour Británico, donde fueron abordadas por la “BBC” y el “Evening Standard” londinense, que publicó una nota sobre ellas. 

Junto a Yvonne Soler, Frida hizo dupla para representar al país en los CAC de 2002, en San Salvador, y lograron un meritorio quinto puesto. Un año después, decidió poner un alto en su carrera deportiva y dedicarse a los estudios… Aunque mucho tuvo que ver la presión de Mayra Ferrer, entrenadora cubana, quien lejos de darle seguimiento a la calidad y experiencia de Larios, dijo que era una atleta “vieja”. 

“Mayra hasta llamó a la prensa para que tomaran fotos de las nuevas ‘reclutaciones’, que no fueron verdaderas. En lugar de haber podido retirarme con todo el derecho de haber ganado la participación en los Panamericanos de 2003 (Santo Domingo), con la honra de una atleta dedicada en vida a servir a su país… Fue una forma ‘no tradicional’ de retiro, y espero que no se repita la historia”, dice hoy Larios.  

De todos sus recuerdos, toma uno con cariño: “Mientras hacíamos una base con Yvonne Soler en Puerto Rico, fue memorable jugar contra Kerry Walsh, tres veces medallista de oro  junto a Misty May, quien estaba de vacaciones en San Juan con su esposo. Kerry vio que estábamos entrenando con la selección de Puerto Rico. Solicitó jugar contra nosotras y jugó con el asistente de la selección de mujeres local.

Un juego corto y por pura diversión, pero que ganamos ¡con Yvonne 11-0!”. 

En 2008, decide regresar al “beach volley” junto a Ana Luz. “Fue por diversión y amor a este deporte fantástico. Yvonne y Laura (Molina) eran la pareja número uno. Jugamos solamente dos fechas del campeonato nacional, ya que luego a mi esposo Tyler (Orsburn) lo aceptaron para hacer una maestría en periodismo y migramos a EE. UU. Logramos ganar ese campeonato nacional, fue memorable”.

¿Qué hace?

Larios logró llevar el deporte junto al estudio. En medio del voleibol, desde 1998, se graduó como licenciada en comunicación visual en la University College Falmouth de Inglaterra. Y en 2003, “apliqué a Central Saint Martins y además de aceptarme, apliqué a una beca FANTEL/LASPAU, que me otorgaron (por casi $30 mil) para hacer mis estudios de maestría en esa escuela, parte de la Universidad de las Artes de Londres.

Si no hubiera dejado el voleibol, no habría comenzado la maestría ese mismo año y no habría hecho mi tesis en el ahora galardonado proyecto: Nuevo Lenguaje [Visual] Maya. Este proyecto es un rediseño de ciertos logos/jeroglíficos mayas para uso actual con el objetivo de celebrar el logro de la civilización maya en haber creado un lenguaje jeroglífico inigualable, de metodología única, y que las nuevas generaciones mesoamericanas lo aprecien, lo valúen y ¿por qué no?, lo preserven como un patrimonio vivo”, comenta.

Luego de graduarse, Frida recibió un premio de la Sign Design a Society. “He sido la única latinoamericana en ganarlo”, reflexiona la artista. Su carrera va en alza. “Recientemente fui elegida como embajadora del Consejo de Embajadores del Diseño Latino en Buenos Aires, Argentina.

También fui elegida para ser oradora en 2015 International Design Congress en Corea del Sur. Ningún centroamericano ha expuesto en ese congreso hasta la fecha”, dice con orgullo.

“La última noticia que tiene relación con el diseño indígena y el voleibol (de cierta forma), es que el Comité Olímpico de El Salvador me seleccionó para diseñar los uniformes del TeamESA de los Juegos Panamericanos y Olímpicos”, observa.