¿Y si primero les reclamamos a los encargados de darles todos los materiales, humanos y técnicos, a los seleccionadores? Léase a los encargados de echar a andar verdaderas canteras futbolísticas, esas que formen estructuralmente al jugador y no llegue a aprender a la selección.
A los encargados de “exigir” las mejores condiciones en los terrenos de juego en las distintas categorías del fútbol nacional. A los encargados de fomentar el desarrollo del balompié nacional, no necesariamente aumentando el número de equipos. A ellos primero y luego nos metemos con el esquema y la táctica. Luego criticamos que ante Saint Kitts nos vimos como un equipo caribeño, apelando al pelotazo y en extremo defensivos.
Luego criticamos que nuestra selección no está a la altura de una Jamaica, Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, etc. Esas distancias no se salvan en un año. Esas distancias se salvan con trabajo desde las bases, esas que en este país son una quimera; una pesadilla, en lugar de un sueño.
Y aunque el disco ya parece rayado, mientras en este país no se trabaje de verdad con las canteras; en la fundamentación desde tempranas edades, puede venir Capello, Rijkaard, etc. y nos dirá lo mismo que nos ha dicho Albert Roca, y nos seguirá doliendo, y nuestros dedos seguirán apuntando en la dirección equivocada.