Con 31 años de edad y hermano del playero Frank, el nacional Homer Velásquez ha crecido en la modalidad de fútbol playa. En 2009, fue preseleccionado nacional, bajo el mando del técnico Rudis Gallo. Pero en 2010, inició un trabajo distinto. Se volvió técnico del equipo Hawaii, en Guatemala. Y desde septiembre 2014, es asistente técnico de la selección chapina de playa. Su experiencia le ha valido mucho.
¿Cómo se dan tus primeros pasos como técnico?
Lo mío comenzó en 2010, cuando me llamaron para que fuera a enseñar jugadas tácticas al equipo Hawaii, para la Liga Nacional de Playa de Guatemala. Llegué a entrenarlo y me di a conocer. También fui jugador con ese equipo, tenía los dos roles. En 2010, logramos el subcampeonato, y en 2011, 2012 y 2014 fuimos campeones.
¿En qué momento conocen de tu capacidad para dirigir?
Jugaba fútbol once en el estadio Los Conacastes, en Chiquimulilla. Y un amigo me preguntó si tenía un hermano jugando en la selección, porque habían visto a Frank, y que si alguien podía enseñarles fútbol playa. Fui sincero y dije que Frank no podía, y comenté que yo podía inducirlos ya que en 2009 saqué un curso FIFA de técnicos. Me hice solo mi autopresentación y me llamaron. Me dieron la oportunidad de dirigir al Hawaii, donde en ese momento estaban nueve seleccionados premundialistas de 2009.
¿Cuándo se da la opción de ser asistente de la selección?
En 2013, Guate asistió al Premundial, pero no clasificó de nuevo al Mundial, y decidieron cambiar cuerpo técnico. Se dieron cuenta de que la Liga estaba botada y recurrieron a la costa de Hawaii, para que se continuara. En 2014, no había presupuesto para playa para llevar técnicos extranjeros, por lo que a Raúl Aldana, en ocho finales con el equipo y con cinco títulos, le propusieron ser el técnico. Y por ese mérito, Aldana me pidió a mí como asistente técnico. Y Guatemala me dio la oportunidad de sacar mi segundo curso como técnico FIFA. Y así inició este camino.
¿Por qué no estuviste con el equipo para la Copa Uncaf?
Me metieron para los últimos tres meses de 2014, cuando contrataron a Aldana. Pero para la Uncaf no quise estar con la selección porque fue una decisión mía no entrar directamente a dirigir porque sabía que iba a enfrentar a El Salvador y me sentía incómodo dirigir a mi equipo y jugar contra la selección salvadoreña, contra mi hermano. Sin embargo, para el Premundial ya estoy en el listado oficial de que sí estaré con el equipo, ya es algo más importante.
¿Lamentás que la oportunidad no se te dio en el país?
Para mí es una gran alegría ser parte de una selección, porque tantas veces he buscado una oportunidad como jugador y aquí en el país me la han negado. He querido sobresalir en otra parte, ahora como técnico, así que me siento feliz porque en Guatemala me han dado apoyo infinito. Se ve que valoran mi trabajo, lo que me llena de satisfacción.
¿Intentáste alguna vez que se te abriera la puerta en la enseñanza con la selección?
Desde 2006, trabajo en la modalidad armando eventos, siendo coordinador en la Barra de Santiago, pero nunca recibí nada. El único premio fue ser preseleccionado en 2009, pero nunca me llamaron, no sé por qué razón. Y nunca valoraron lo que hemos hecho con la comunidad, así que desacreditaron mi trabajo. Y en Guate, todo lo poco que aportaba, todo era bueno, excelente. En el país, sí hubo diferencia, así que nunca tuve esta oportunidad.
¿Cómo vivís ser hermano de una figura para el fútbol playa nacional, pero aportar con tu trabajo a otro país?
Siempre soy salvadoreño, pero eso no me quita poder trabajar en lo que me gusta en otra parte. Tengo la facilidad, además, de que nuestra familia por parte de mi mamá es de Guate, así que no nos sentimos extranjeros. Y Frank se siente bien por mí. Es un trabajo donde tengo la oportunidad, y la profesionalidad está ante todo.
¿Cómo manejás que podrías saber secretos de la selección salvadoreña, pero no debés filtrarlos a la chapina?
Esto es profesionalismo. Uno debe sacar sus propios análisis e ideas de juego, no necesito copiar. Para enseñar, estudio, no me aprovecho de nada. Simplemente, cada uno debe hacer lo suyo y de la forma conveniente. Lo único que podría imitar es la unidad del equipo, es lo bueno. Es un gran ejemplo.
¿Alguna vez te han dicho si sos “el enemigo en casa”?
Todos los que conocen mi trabajo me felicitan y me apoyan, me dicen que me lo merezco. Solo el que piense eso está equivocado, yo solo trabajo como cualquier otro empleado en cualquier labor.
Además de tus cursos de entrenador, ¿tenés otro?
Cuento con un curso Uncaf de arbitraje, y tengo lo que la práctica de tantos años de trabajo me ha dado.
Expectativas del Premundial
El objetivo principal es clasificar al Mundial. Es un sueño de todos. Pero vamos por pasos: primero, clasificar de grupo; segundo, llegar a semifinales por primera vez; y tercero, si no se puede clasificar, ganar el tercer lugar, sería un gran logro. En la Uncaf, terminamos terceros.
Y si se da el duelo El Salvador contra Guatemala en el Premundial de Concacaf en el país…
Se puede dar en semifinales, ahí tengo amigos, jugadores que he dirigido, mi hermano, pero el profesionalismo es aparte, y la hermandad y la amistad son diferentes. Si me toca, saldré con la mentalidad de ganar, pero no iré a pelear.
¿Qué te dice Frank, tu hermano, de esta oportunidad?
Está contento por verme en un cuerpo técnico de otro país, porque son oportunidades grandes que se me están abriendo. Él me apoya y siempre me dice: “Dale con todo”.