Su gran salto a la primera división lo dio en 1979, cuando del equipo de 1a categoría estudiantil del Colegio Santa Cecilia pasó al Independiente, de San Vicente, con el cual jugó diez años, tiempo en el cual se destacó como volante ofensivo.
“En ese tiempo yo jugaba en el equipo colegial del Santa Cecilia y el Independiente llegaba a jugar todos los jueves con nosotros como parte de sus entrenamientos, fue entonces que en 1979 me vio jugar el directivo Roberto Balcáceres, quien junto a Roberto Ángulo, el Chino Quant y Mario Samayoa administraban el equipo”, recordó Rosales.
Si bien comenzó con el equipo de la reserva, su calidad en la cancha como volante ofensivo le permitió rápidamente dar el salto al plantel de la liga mayor ese mismo año.
Así, en 1979 jugó su primer partido en la Liga Mayor y lo hizo ante FAS, en el otrora Estadio Centenario, que para ese entonces, según cuenta el “Chino” Rosales, contaba con una cancha muy bien engramada y en excelentes condiciones para jugar al fútbol.
“El resultado de ese partido no lo recuerdo, creo que empatamos, pero en realidad era una cancha muy bonita, daba gusto jugar en ella, lástima que tiempo después con el problema de la guerra los helicópteros aterrizaban en esa cancha y comenzaron a arruinarla”, recordó.
En ese plantel de Independiente alternó con jugadores como el “Caballo” Vega, Henry Moreno, Lotario Guerrero, Mandingo Rivas, Edwin Archila, Carlos Rivera, Michell Cornejo, Ricardo “Tuca” Gómez , los hermanos Efraín y Chus González. Entre los extranjeros destacaba el atacante brasileño Allan Marcos de Quiros “Marquinho”.
“En mi primera temporada finalizó en la medianía de la tabla, no pasamos a semis, pero ya en 1980y 1981 las cosas fueron distintas, perdimos las dos finales con Atlético Marte, por lo que fuimos subcampeones. En 1984, el maleficio les acompañó al perder otra final, esta vez ante FAS por la vía de los penaltis”, explicó.
Campeón con Águila
Defendió los colores del equipo “camotero” hasta 1984, ya la guerra civil estaba en pleno auge, ya algunos directivos como Roberto Ángulo se habían metido a la política, a lo cual, según el “Chino” Rosales, le dedicaba mucho tiempo y consecuencia de ello el equipo descendió a segunda división y lamentablemente con el paso del tiempo desapareció del mapa futbolístico.
“En ese entonces Águila mostró interés en un grupo de jugadores, entre ellos Luis Alberto el “Pelón” Ramírez, Dagoberto Medrano, a Lotario Guerrero y a mí, ahí nos unimos a jugadores como Luis Zapata, Félix Pineda, Chamba y Carlos Coreas, Macora Castillo, René Sorto, Jeremías González y Luis Óscar Lazo”, para mencionar algunos nacionales.
Entre los extranjeros recuerda al argentino Hugo Coria, Luis Enrique Güelmo y al “Primitivo” Maradiaga, así como a los guatemaltecos Rogelio Flores y Adán Onelio Paniagua, los brasileños Marco Antonio Pereira y Salvador Fhilo.
“El primer año que llegué, el entrenador era el chileno Julio Escobar, a quien había tenido de entrenador en Independiente, jugué siempre como volante ofensivo, pero pegaban mucho y me lesionaron, pasé varios meses así al recuperarme pasé a la posición de defensa central, ahí me sentí más cómodo, ya me pegaban menos, al contrario yo pegaba más”, dice a carcajadas.
En esos años con Águila alternó en la defensa junto al chileno Juan Carlos Carreño y Fredy Orellana, en el arco jugaban en los primeros años el mexicano Nahún Corro Bazán y después Alcides Caballero y Raúl García. De igual forma recuerda el buen trabajo del argentino Néstor Doroni.
El título de campeón llegó con los “emplumados” en 1987 cuando el entrenador era don Hernán Carrasco Vivanco.
¿Qué hace?
Tras jugar profesionalmente su última temporada con Alianza 1995-96, donde tuvo como compañeros a Kin Canales, William Chachagua, la “Piocha” Rojas, Héctor López, “Tigana” Meléndez, al tico José Martín Jiménez, entre otros, y haber cerrado un campeonato discreto, optó por retirarse y dedicarse a terminar sus estudios de odontología.
“Yo siempre me sentí atraído por estudiar y finalizar mi carrera, muchas veces cuando jugaba en Águila suspendí mis estudios porque en San Miguel no había en ese entonces esta carrera, por eso hasta quise dejar de jugar, pero siempre me terminaban convenciendo”, cuenta,
Por ello, al retirarse definitivamente del balompié, se dedicó totalmente a terminar su carrera, lo cual coronó en 2000 y recibir su título de la Universidad Nueva San Salvador (Unssa).
Gracias a su visión de futuro y perseverancia, ahora se desempeña como odontólogo en la unidad del Seguro Social de Ilopango, donde tiene a su cargo un turno matutino y por la tarde atiende su clínica privada, ubicada en el edificio Atlantic Center, colonia Escalón.
En cuanto al fútbol, dice que aún juega en torneos de veteranos y le sirve como relax, asiste de vez en cuando al estadio, sobre todo si Águila viene de visita al Cuscatlán o si es la Selección Nacional la que juega . El resto de tiempo lo dedica a su familia.