Un FAS en alza, un Águila con dos caídas al hilo pero invicto en su casa, un clásico con mucho en juego. Y comenzó bien el partido, con mucha intensidad, y con cierto dominio de los emplumados, que por necesidad recurrieron a Jaime Torres en la defensa, tras la lesión de Eder Arias.
En FAS, también hubo variantes defensivas. Ingresó Mejía en la defensa central por la baja de Alex Mendoza.
El partido lo arrancó mejor el cuadro local, que apenas sobre el primer minuto tuvo la primera ocasión, en una llegada de Ibsen Castro, quien intentó definir de “sombrerito” sobre el meta Villalobos sin suerte.
Poco después, Camargo puso un centro para Muñoz quien, dentro del área, remató de cabeza, pero suave a las manos del meta tigrillo Contreras.
Poco a poco, el partido le iba sentando bien a Águila, que tenía en Henry Romero no solo al pulmón y recuperador, sino al hombre que con trazos precisos le daba profundidad al ataque emplumado. Si algo le faltaba al ataque era más refuerzo de Castro o Umanzor por las bandas, algo temerosos, y claro, por ahí se mueven Dustin Corea y Jonathan Águila, los más peligrosos de FAS.
Sobre el 11?, Dustin ya comenzaba a demostrar sus habilidades, al escaparse y sacar centro a segundo poste, pero Deris barrió para salvar. Atrás esperaba en solitario Jonathan para empujar el balón.
Tras esa jugada, FAS prácticamente no volvió a llegar hasta el minuto 30. El partido pasó a ser controlado por Águila, que tenía en Cerén a otra de sus lanzas de ataque.
Fue este precisamente quien abrió el marcador con una gran jugada. Tomó el balón en la banda derecha, recortó hacia el lado opuesto dejando a cuanto hombre le salía al paso. Una vez en el izquierdo, amagó con pasarlo a Lizama o Baires (ambos se movían en ese sector), pero volvió a recortar hacia el centro. Se quitó con pasmosa facilidad a Christian Álvarez y sacó un potente y raso disparo, cerca del poste izquierdo de Contreras, para vencer la portería tigrilla.
Tras ello, el partido, lejos de mejorar, se volvió trabado, con muchas faltas, imprecisiones. El espectáculo, hasta entonces bueno, decayó notablemente.
Lo revivió una gran jugada individual de Corea, quien dejó a Romero al girar sobre su eje. Combinó con Jonathan, y Dustin le devolvió el balón para dejarlo en mano a mano con Benji, al que superó con un disparo fuerte dentro del área.
Era el 30? y el gol le devolvió cierta vida al partido, que ahora ya no era controlado por Águila. FAS estaba enchufado y se notaba más cómodo.
Al 34?, volvió a intentar el cuadro local, con un tiro perdido de Camargo. Respondió Dustin con una gran jugada, al volver a girar sobre su eje para dejar parado a Ibsen y probar con un remate de fuera de área, también desviado.
El partido cerró con una gran jugada, pero defensiva, de Mejía. Baires encontró a Nico dentro del área de FAS, pero de espaldas, y antes que girara para rematar, le sacó bien la pelota el tigrillo.
Dormidos
Para el complemento, FAS sacó provecho de la falta de concentración de los emplumados y se fue al frente apenas sobre el 46?. En una contra en la que se quedaron pidiendo falta, entró por izquierda Corea, quien superó en velocidad a Castro y sacó un tiro-centro a segundo poste, a donde apareció Di Cosmo para empujarla y firmar el gol. En la acción, se lastimó al chocar contra el poste por lo que luego tuvo que ser sustituido por Bentos.
Este entró a hacer lo suyo al partido, a desequilibrar, tanto en lo deportivo como en lo mental. Se lanzó varias veces al suelo, se metió en una pelea verbal con Romero en la que este último quedaba discutiendo mientras Bentos ganaba ya una posición. Y hasta le dio un “cariñito” a Romero al 58? que bien le pudo valer tarjeta o la expulsión (ya tenía amarilla por reclamar) pero que nadie de la cuarteta arbitral vio.
Al 63?, Isaac Zelaya salvó al evitar un cabezazo de Bentos y sacar con la testa un balón a segundo poste. El partido seguía parejo, pero había más sensación de que FAS pudiera marcar de nuevo que Águila empatar.
De hecho, el Águila pareció quedarse sin gasolina por ratos. Nicolás Muñoz, su principal referente de gol, apenas y tocó balón, y ni el ingreso de de Williams Reyes cambió la situación. Le faltaba a Águila un hombre que desequilibrara. Ni Cerén ni Baires lo conseguían ante el buen planteamiento táctico de FAS. Castillo ganaba la batalla de ajedrez a Dely mientras Contreras podía sentarse a ver el partido. No le llegaban.
Pero en un descuido, tuvo el empate Águila en los pies de Cerén, al 82?, al recibir un balón en el área y rematar prácticamente sin marca. Esta vez no pudo hacerlo, y era más fácil pegarle así que en movimiento como en el primer tiempo.
El partido se acababa y ya Águila no tenía arresto físico para hilar ideas con claridad. Un milagro era lo que le quedaba para rescatar al menos un punto en el clásico, para salvar el invicto en casa y para parar la racha de derrotas. Pero no pudo ser. FAS en cambio, en alza y ya es candidato a pelear por los puestos de clasificación, esos de donde Águila ya no se ve tan seguro.