Lo ha venido diciendo el mismo Albert Roca, DT de la Selecta, desde que apareció Argentina como rival para El Salvador:Hay decisiones que van más allá del fútbol, y que tienen que ver más con el “business”, con los negocios. ¿Es Argentina el equipo ideal para aceitar la máquina cuscatleca hacia eliminatorias y Copa Oro 2015?
Es probable que no. En lo personal, creo que no. La diferencia es demasiada. Y si bien siempre quedará la experiencia y el roce internacional de enfrentar a selecciones más poderosas, también cabe preguntarse en qué momento brillará ese “upgrade” (otra palabra usada por Roca), esa mejora en nuestros jugadores, nacida de los cruces con las España, Colombia, Costa de Marfil, Ecuador…
Lo que viene en la agenda salvadoreña es medirse con el ganador de la serie entre San Cristóbal y Nieves vs Islas Turcas y Caicos -primer obstáculo hacia Rusia 2018- en junio; y después, en julio, ya sabemos los rivales de Copa Oro:Costa Rica, Jamaica y Canadá. ¿Sirve chocar contra Messi, Higuaín, Tévez, Mascherano, etc. para que el grupo evolucione? La respuesta estará el 28 de marzo, en Washington.
Pero lo que pase en el RFK no debe ser nuestra brújula. Ojalá esta joven Selección haga un digno papel ante la subcampeona del mundo, y más allá del resultado nos sintamos dignificados por su entrega, por la aparición y mantenimiento de una idea de juego ante el nivel del rival, y que los talentosos futbolistas con que cuenta el grupo aprovechen esta oportunidad.
Mas el verdadero termómetro, señores, no es Argentina:es Guatemala, el 31 de marzo en Los Ángeles. Una selección con el mismo ADN que el nuestro:viene saliendo de un trauma por amaños (aún no limpia su casa, por cierto, igual que aquí); tiene un nivel futbolístico similar a la Azul y está en nuestra zona de eliminatorias. Ganar, empatar o perder contra los chapines, y cómo hacerlo, será el verdadero examen para Roca.