Quizás estas líneas no agraden a muchos o me acusen de no saber de fútbol (y tal vez tengan razón), pero lo visto la tarde del sábado en el partido de la Selecta ante Argentina no deja de causar cierta satisfacción por el orden que mostró, por la personalidad de algunos de nuestros jugadores y por el atrevimiento de querer salir jugando, de renunciar al pelotazo. Perdimos, sí, pero ya estaba presupuestado que perdiéramos.
Algunos hasta decían que por goleada; pero los goles argentinos fueron por jugadas un tanto fortuitas, el primero; y a balón parado, el otro.
Que no jugó Messi, pero quién garantiza que con él hubiera sido distinta la cosa. Ojalá que mañana, ante Guatemala, la cosa siga igual, con esa personalidad que mostraron el sábado. Los chapines serán, siempre lo he pensado, el verdadero termómetro para nosotros, ese partido nos mostrará dónde estamos parados en la región; y a lo que debemos optar. Lo que tenemos.
Ojalá, también, los directivos entiendan que con fogueos la Selecta se fortalece. Ojalá que, también, no tarden mucho tiempo en festejos y empiecen, ya, a buscarle una salida a la Sub-23, que, por si se les olvidaba, aún no tiene técnico y ya casi entra a competir.
Sí, se paró bonito la Selecta, a pesar de los jugadores que tenía enfrente, a pesar de las distancias abismales entre ellos, sobre todo salarialmente. Jugadores que reciben millones contra jugadores que apenas les pagan y hasta los amenazan con descuentos si no entrenan en protesta por la deuda, eso también me queda del partido del sábado.
El otro partido del sábado, ¿alguien dudó de la Playera?, muy poco que decir de los playeros, solo que siempre cumplen y dan alegrías.
Perdón, pude haber hablado de sobreseimientos definitivos y otras linduras de esta pobre justicia, pero no quiero seguir amargando a la afición.
Feliz vacación.