Su torta gigante, glaseada en verde como una cancha de tenis y con letras de diferentes colores en el tope que decían “Felicitaciones Andy! 500 partidos ganados de la ATP!!!” fue llevada a la cancha del estadio luego del triunfo en tres sets de Andy Murray esta semana en el Abierto de Miami contra Kevin Anderson.
Murray abrió su boca y pretendió morder la torta, que luego fue colocada en una mesa en frente de él en su conferencia posterior al juego, sin haber sido cortada.
Le preguntaron si él era un fanático de las tortas al igual que su madre, cuyas tres frases en su biografía de Twitter termina con “Y yo soy muy seria acerca del chocolate”.
“No, no, no soy”, dijo Murray. “Me gusta la torta de chocolate. No se si ésta es de chocolate o no, pero prefiero las tortas de chocolate”.
Esta semana Murray tuvo su torta, era de vainilla, y pudo comerla también si hubiese querido después de derrotar 6-4, 3-6, 6-3 a Anderson en la cuarta ronda del Abierto de Miami para convertirse en el noveno jugador activo en el tour de la ATP y el No. 46 en la Era de los Abiertos con500 victorias en su carrera.
Este domingo, Murray intentará quedarse con el primer lugar del Abierto de Miami cuando enfrente a el serbio Novak Djokovic.
Las dos raquetas llegan en buen estado físico y de ritmo. El primero en clasificarse fue el británico, quien tuvo como rival a Tomas Berdych. Era la segunda semifinal que los dos jugaban en lo que va del año. Recordemos que se encontraron en la accidentada fase previa a la definición en el Australian Open.
Campeón en el 2009 y 2013, Murray comentó después de su victoria que: “Ha sido un partido de gran a calidad, los dos golpeando limpio. Yo devolví un poco mejor, pero los juegos fueron muy cerrados y hubo puntos muy físicos”, dijo el escocés.