Los locos del arco

Al inicio fueron unos atajadores que se quedaban atornillados a la línea de gol esperando el momento en que les tocaba enfrentar los fusilamientos

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Raúl Supermán García inició con UES y fue en ??guila y en la selección nacional donde rindió grandes hazañas. Al fondo Misael Alfaro otro grande del arco nacional.

/ Foto Por Manuel Cañadas

Por Manuel Cañadas | Twitter: @Memecanadas

2015-04-15 5:17:00

Al inicio fueron unos atajadores que se quedaban atornillados a la línea de gol esperando el momento en que les tocaba enfrentar los fusilamientos. Cuando su equipo atacaba era característico verlos caminar de un palo a otro en un movimiento rayano en la repetición.

Condenados a ver el partido de lejos sin moverse de la meta, sufrían cada entrada fuerte y por lo general terminaban lesionados en cada partido. Quienes optaban por el puesto de arquero sabían a lo que iban. Estaban allí para impedir que cayeran los goles y por contraposición los delanteros estaban dispuestos a todo para conseguirlos. Por eso muchos los tildaban de locos y los siguen tildando por ese sentimiento casi masoquista de ser agredidos con cada ataque rival.

He aqui un recuento de arqueros nacionales, y ustedes me pueden ayudar con algunos que hayan quedado en el tintero, vienen desde la época de Carlos Cañas, uno de los primeros arqueros de la selección nacional a finales de los años 20. Luego ha habido una producción interminable: Edmundo Zarco Majano, Miguel Chivo Guardado, Manuel Cuico Gómez, Eliseo Mejía, Ovidio López, Chepe León Najarro, Oliverio Gómez, Manuel Tamalón Garay, Humberto Zurdo Pérez, Carlos Ranchero Guerra, Yohalmo Aurora, Galileo Cañas, Lindoro Escamilla, Wérner Ortiz, Ovidio López, Piba Granados, pasando por Ricardo Chato Rodríguez, Luis Catuta López, Oscar Negro Herrera, Carlos Galeano, Mario Conga Medina, Atilio Pineda padre e hijo, Antonio Tentación Ramírez, Rodolfo Chofo Cea, Francisco Paco Francés, Raúl Araña Magaña, Chato Santana Orellana, Chocolate Andrade, Armando Monito Cortez, Agustín Benavides, David Silva, Resortes Alvarado, Oscar Quiteño, Carlos Nova, Arnulfo Cabrera, Chino Quintanilla, Zipe Peraza López, Tilin Melgar, Carlos Cabrita Martínez, Chacuatete Pérez, Carlos Soldado Morán y su hijo Margarito Morán; Charrandinga Contreras, Mauricio Tarzan Alvarenga, Juan Gatti Méndez, Tomás Flaco Pineda Nieto, Gualberto Pulpo Fernández, Jorge Calero Suárez, Coronita Martínez, Julio Martínez, Carlos Calderón, Marcial Vela Ramos, Joaquín Chato Moreno, Vanegas, Gustavo Vega padre e hijo, Nino Navas, Manuel Chele Castillo, Seco Castillo,Caly Cañadas, Mauricio Henríquez Vargas, Ricardo Arañita Calderón, Tarnaswky Bonilla, Ricardo Omar Barillas, Juan Parker Astacio, Nicolás Niky Chávez, Víctor Manuel Loucel, José Luis Palencia, Gustavo Cuellar, Ricardo Mora, Eduardo Hernández, René Puquirre, Macho Paniagua, Leopoldo Herrera, Mauricio Pajarito López, Ricardo Tadeo Chapín Martínez, el uruguayo nacionalizado Albert Fay Dessant, Ricardo Mena Laguán, Joaquín Alabí, Pecho de Hule Melendez, Macarrón Cardona, Pedro Manga Chavarría, José Juan Pinzón, Julio Marroquín, Tigrillo Hernández, Carlos Zúniga, Víctor Manuel Gallo Salazar, William Chato Canales, Carlos Cacho Meléndez, Ricardo Farrar, Fredy Carranza, Avión Najarro, William Noé Rosales Santillana, Jose Luis Halcón Munguía, Misael Alfaro, Sergio Muñoz, Carlos Rivera, Fito Menéndez, Raúl García, Gonzalo Muñoz, Luis Manotas Castro, Raúl Chamagua, Juan José Gómez, Carlos Alvarenga y otros más. Los arqueros salvadoreños que han jugado afuera han sido: Raúl Magaña, Mauricio Alvarenga, Ricardo Calderón, Ricardo Mora y Julio Tigrillo Hernández en Guatemala; Magaña también jugó en Canadá . Carlos Cacho Meléndez jugó en Costa Rica.

Entre los más grandes tenemos a Raúl Magaña, Ricardo Mora, Edmundo Zarco Majano, Manuel Tamalón Garay, Yohalmo Aurora, Ricardo Zurdo Pérez, Gualberto Pulpo Fernández, Carlos Ranchero Guerra, Tomás Flaco Pineda, Mauricio Tarzan Alvarenga, José Luis Munguía, Carlos Rivera, Misael Alfaro.

A través de los años la manera de jugar en el arco ha evolucionado, incluso hasta en la vestimenta. Así fueron apareciendo los osados que se atrevieron a salir de su portería y se encontraron con no pocas sorpresas, ante la astucia de los delanteros. Ahora abundan los que juegan adelantados y hasta se dan el taco de diseñar sus implementos o que se los diseñen, con buen o mal gusto. Y no pueden ser tocados en el área cuando tienen la pelota.

En nuestro fútbol han habido dos grandes villanos héroes; primero fue Raúl Magaña quien en el NORCECA de marzo en 1963 y a raíz de una goleada de 4 goles a 1 ante Costa Rica fue culpado de la derrota por algunos aficionados, al punto que se fue a jugar al Guatemala donde se convirtió en uno de los ases adorados por los hermanos chapines. Durante un buen tiempo se negó a saludar a la afición cuscatleca y con los años, volvió para ganarse el reconocimiento a fuerza de grandes actuaciones.

El otro ha sido Ricardo Mora, hijo futbolístico de Magaña quien con sus grandes actuaciones prácticamente clasificó a la selección que fue a España 82. Ya en el Mundial y con apenas 18 años sufrió en el debut una debacle ante Hungría, lo cual le costó el escarnio de la afición. Y al igual que Magaña se marchó a jugar a Guatemala, al Aurora para más señas donde fue considerado el mejor arquero hasta que decidió regresar para obtener el reconocimiento que merecía. Ellos dos han sido los más grandes en el arco nacional. Raúl consideraba su hijo a Ricardo y este hasta le decía papá.

Pero en suma en los triunfos son los delanteros quienes siempre tienen los méritos, aunque en la derrota es el portero quien tiene la culpa.Y si no la tiene, paga lo mismo. Cuando un jugador cualquiera comete un penal el castigado es el arquero y debe enfrentarse a su verdugo en la inmensidad de la valla. con 7.32 de largo y 2.44 de alto.Para el pateador el arco se reduce y para el arquero se vuelve más grande, es la teoría de la relatividad aplicada al futbol. Y cuando el equipo tiene una mala tarde, es quien paga los platos rotos, bajo una lluvia de pelotazos, expiando las culpas ajenas.Sus compañeros de cancha podrán equivocarse en grande, pero tienen la oportunidad de reivindicarse mediante una buena jugada, un gol, un tiro. Pero si el arquero falló no hay vuelta de hoja: “no sabe salir, tiene las manos de trapo, el pecho de hule o sencillamente no sirve”.

En la actualidad hay arqueros atajadores, los que juegan el área, o una combinación de ambas instancias. Pero los mejores son aquellos que cuando sus compañeros de retaguardia inician las maniobras del repliegue, están atentos a las líneas del pase y a los desmarques peligrosos de los rivales, no solamente para quedarse con los balones sino para interferir las jugadas de avanzada con la velocidad y anticipación como si se tratara del líbero más consumado.Y cuando llegan los centros aéreos salen con mucho aplomo en diagonal hacia lo que ocurra en sus dominios para transmitir seguridad a sus compañeros e impotencia a los rivales.

El espectáculo provoca ansiedad, alegría y el portero debe jugar con seguridad y prescindir de todos aquellos adornos que puedan comprometerlo. Con sus salidas a las puntas, maniobras inesperadas y lances espectaculares deberá solventar mediante un toque o un rechazo, una situación apremiante. Interpreta así que la base del juego en zona es el orden táctico que tiene como apoyo racional una distribucion de roles, donde debe salir de su feudo para integrarse al esquema general.

En el futbol moderno, además de tener grandes reflejos, el arquero debe ser un estratega, ágil, veloz, técnico, con amplia visíón de juego. Un atleta que debe leer el juego de ataque del rival, adueñarse del área pequeña, descolgar sin mayores adornos los balones que llegan sobre sus dominios y ser el iniciador del contrataque. Es un hecho irrefutable, no es mejor arquero el que detiene más disparos, sino el que consigue impedirlos, donde tiene mucho que ver su colocación, talento, arrojo y por sobre todo su resolución o su locura.