¿Qué pasó con “Carrito” Umaña?

Fue delantero y volante durante su carrera con títulos en FAS y Metapán. Exjugador de la Azul se retiró a los 31 y hoy maneja una escuela de fútbol

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Foto Por edhdep

Por Gustavo Flores | Twitter: @gusflores21

2015-04-19 10:14:00

Empecé en el fútbol por la emoción de papá y mamá de quererme ver jugar. Mi papá Blas Justiniano jugaba al papi fútbol y al ver que tanto me gustaba jugar, decidió buscarme un equipo. Y a los 5 años empecé en el  torneo de la subfederación infanto- juvenil de San Vicente, que se llamaba el Hospital Santa Herr Trudis…” El que cuenta es Émerson Umaña, el Carrito, en San Vicente, su lugar en el mundo. 

Su proyección en el fútbol hizo que a los 13 años le llegara la convocatoria a la Selección nacional Sub-15, que se entrenaba en Santa Ana y también empezó a sobresalir en Independiente de la Segunda División. Ya era polifuncional: “Jugaba de volante de 10 o de delantero”.

En 2000 tuvo su primera experiencia en Primera a los 19 años: Dragón. Pero decidió volverse a San Vicente. “Tenía que andar pidiéndole a la gente para poder comer. Solo cobraban los grandes en ese tiempo, Víctor Velásquez, Christiam Álvarez. A los más chicos nos andaban durmiendo de casa en casa. Nos dieron un hospedaje, pero como no les pagaban, nos sacaron. Me acuerdo que también estaba Williams Reyes”.

Regresó a Segunda. El Telecom dirigido por el Tuco Alfaro fue su nueva casa.  Y a raíz de sus buenas actuaciones fue llamado por el FAS. “No lo pensé dos veces. Era el sueño de poder jugar en un grande”. Se quedó en Santa Ana seis años. “En mi primer torneo con FAS, fui el jugador novato del año y salimos campeones… A los aficionados aguiluchos no se les olvida todavía esa final de 2003. Me tocó patear el cuarto penal y cuando iba desde la mitad de la cancha, no sentía las piernas. Lo hice, había tenido a Juan José de compañero en la Selección y ya sabía cómo patearle”.

Fue campeón con FAS tres veces y perdimos cinco finales. Jugó siete de esas ocho finales con el equipo fasista. También llegó su primera convocatoria a Selección mayor. “Debuté en 2005 con Carlos Cavagnaro en Copa Uncaf de Guatemala y fui llamado en 2008 con De los Cobos donde estuve todo el proceso de la eliminatoria, pero estuve lesionado para jugar la hexagonal final”.

En 2009 su nueva casa fue Metapán “Fue un año muy golpeado porque fue la muerte de mi papá. En lo deportivo en 2010 ganamos dos títulos en finales con Águila y Alianza”, recuerda sobre su etapa calera. 

También pasó por Águila , otro de los grandes, donde también fue  campeón. Y llegó Santa Tecla en 2012, su último equipo de su carrera profesional. “Contra Marte, en la segunda fecha del clausura 2013, me lesioné de ligamentos cruzados y meniscos. Ahí decidí ya no seguir”. 

Tenía 31 años. La decisión no pasó solo por esa grave lesión: “Yo todavía estuviera jugando, pero ya no tenía motivación y el mismo deseo de jugar al fútbol”, explica. “Me daba lo mismo. Como que jugara a la charamusca o a la cascarita”. Ya no había más lugar para el fútbol profesional.

¿Qué hace?

Cuando se le pregunta por los dos años sin fútbol, Umaña no duda: “Creo que han sido los más felices de mi vida”, sorprende. Y explica: “No me hace falta jugar. Muchos me preguntan, todos mis tacos los regalé a los niños grandes de mi escuela. Me inscribí en un equipo de papi fútbol y tuve que comprar unos tacos nuevos”

Sin embargo, fundó en  julio de 2013 la “Escuela de fútbol Emerson Umaña” en San Vicente: “El niño mayor  de mi esposa y un sobrino me motivaron para poner la escuela. Nos poníamos en la casa a jugar al fútbol y yo empezaba a ponerle obstáculos para que trabajen en los fundamentos. Ellos me dijeron: ‘Ponga una escuela’. Y así lo hicimos, con mucho esfuerzo. Hoy la escuelita que va desde los  4 hasta los 15 años,  ya tiene en total 90 niños” 

Además, trabaja con la alcaldía de Tepetitán en su escuela de fútbol y es propietario de un taxi .

Amaños, “esa espinita”

Umaña dice que es una espinita que le ha dejado el fútbol, su nombre involucrado en supuestos amaños de partidos. “Fui involucrado por “el testigo número 9? que me había mencionado. Gracias a Dios pude probar que no tenía nada que ver con las acusaciones que me hacían pero lo viví con una gran presión y angustia”, dijo. 

El exjugador continúo: “La sorpresa fue cuando salió mi nombre, como puede ser si ni había estado en Selecta en ese momento. Fue un gran alivio cuando dieron la resolución”.

“Me dejó a disgusto el licenciado ‘Ronny’ (Hernández) porque el interrumpió mi declaración, me encaró cara a cara y me dijo que dé nombres, que el único que se podía salvar del castigo era yo. “Como quiere que le diga nombres si no los sé”, le respondí. Me obligaban a señalar jugadores. El abogado me dijo de meter una contrademanda a la Federación. Pero todo eso me resta cosas”.

Sobre la acusación que hizo Paolo Suárez, indicó: “Que Paolo me haya mencionado no le doy importancia, esas cosas las dejo a un lado, relegadas. Yo tenía buena relación con él, si hasta hacíamos asados en su casa. Me sorprendió lo que dijo porque con Collado no tenía comunicación”, cerró.