Es la realidad

Una columna de opinión por Fernando Palomo

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Los estudiantes se lanzaron a las piscinas de Merliot.

/ Foto Por EDH/Archivo

Por Fernando Palomo | Twitter: @Palomo_ESPN

2015-04-23 2:58:00

Lo recuerdo, fue un partido de eliminatoria camino al Mundial de España. Costa Rica tenía que visitar San Salvador en octubre de 1980 para enfrentar a la selección nacional y decidió no hacerlo. Le parecía a las autoridades del fútbol tico que las condiciones de seguridad, en un país que estaba en el amanecer de un conflicto armado, no eran las ideales para llegar a jugar un partido de fútbol. La FIFA le dio el triunfo a El Salvador por 2 a 0. Un partido que no fue.

Esto es lo que me viene a la memoria cuando me entero de la suspensión definitiva del torneo Centroamericano y del Caribe de natación (CCCAN) que tenía por sede nuestro país en el mes de junio. Pero la organización regional del deporte consideró que El Salvador no ofrece garantías para la seguridad de los atletas. Lo mismo dijo Cuba cuando no quiso competir en los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2002.

Entonces lo que había era una guerra diplomática y Cuba, como lo hicieron antes para eventos más relevantes como los Olímpicos. Ellos, los cubanos, desde la excusa del socialismo. Estados Unidos lo hizo para los Juegos de 1980 con una excusa desde el otro lado de la acera, ponen a los atletas en primera línea y fusilan sus esperanzas de deportivas. Lo del CCCAN no es por política, pero si por una guerra. Esa a la que le han quitado el velo en estos últimos días.

La noticia no es agradable, la situación no es agradable. Se llama, realidad. Una organización deportiva internacional le dice a El Salvador que no puede visitarle porque no hay garantías de seguridad. Los negados a esta realidad buscarán enemigos en quienes tomaron la decisión.

Posiblemente la consideren una ofensa a los salvadoreños. Atacados por el complejo del patito feo lo verán como una agresión a la que llamarán “patria”. Pero la realidad es que no hay condiciones para que jóvenes deportistas, de otros países además, lleguen a una zona en riesgo. Es la realidad.