La irregularidad se ha convertido en la palabra clave de la Liga Mayor de fútbol. Pero esta vez viene aferrada a la emoción, a la adrenalina que significa definir en la última fecha de la fase regular a dos de los semifinalistas y a quien será el descendido. Mucho más dramatismo sugiere esta 18a. jornada que se disputan un lugar entre los cuatro mejores los tres grandes que están en Primera (FAS, Alianza y Águila).
Irregularidad que ha afectado en las últimas jornadas a los, paradójicamente, equipos más regulares del país: Metapán y Santa Tecla, los únicos clasificados pero que no muestran su mejor cara en las últimas fechas. Esa misma irregularidad es la que le permite al Alianza resurgir cuando nadie daba un centavo por este plantel o a Juventud sufrir cuando tenía prácticamente “allanado” su camino a las semifinales. Las pronósticos de las previas quedan en ridículo ante esta definición.
Ni el más optimista de los dirigentes hubiera imaginado este partido final entre Águila y Alianza, donde uno se aferra a un milagro para clasificar y el otro que hoy respira estable tras dos victorias balsámicas.
En el caso del descenso tal ha sido la paridad entre Pasaquina y Marte que en 35 jornadas los separa apenas un punto. Por suerte, no todo es enfocarse al deporte europeo. Bienvenida esta adrenalina a nuestro fútbol.