Medios panameños reaccionaron con asombro cuando Julio César Dely Valdés aceptó el cargo en el nido, después que el exdelantero no llamara a Nicolás Muñoz cuando el DT estaba a cargo de la selección canalera, justo porque “Nicogol” jugaba en El Salvador. El ex Málaga y PSG (entre otros) ha matizado sus declaraciones después, pero los hechos hablan más que mil palabras, y la realidad es que marginó a Muñoz a pesar de que “Yuyu” hacía lo suyo en nuestra Liga Mayor.
Con un asombro similar al de los colegas canaleros, reaccionamos muchos periodistas salvadoreños y aficionados también, cuando el mayor de los Dely Valdés dijo que venía a “un fútbol más organizado”. Esto preocupa. Sabemos que no es así, que lo de “profesional” le queda grande a nuestra liga en muchos niveles, desde jugadores hasta dirigentes, pasando por varios DTs.
Pero, dentro de todo, no es justo asignarle al profesor Julio, el mote de vende humo por esa frase. Hay algo que pocos han destacado: Águila no entró a la “rueda de caballitos” y le apostó a un entrenador nuevo, a una cara diferente. El fútbol es de resultados y los mismos dictarán si los Arieta se equivocaron, o si llegan “la 16” y luego “la 17”, como vaticinó su presidente. Mientras… el DT de Águila, y los demás, seguimos siendo esclavos de nuestras palabras… y hechos.