Como todos los grandes futbolistas, vienen de cunas humildes y han alcanzado la celebridad y la riqueza gracias a los dotes que les dió el dios del fútbol. Ellos les han agregado empeño, sacrificio y práctica constante. Entre ambos no parece haber identificaciones anímicas, no obstante cada vez que se habla de ellos es inevitable hacer una comparación.
Ronaldo encaja perfectamente en la mercadotécnia y el glamour del Real Madrid y su búsqueda de galácticos. Messi va de acuerdo a la romántica imagen que persigue el Barcelona, por eso no se puede concebir que podría marcharse. Y en este parangón la edad es un factor para tomar en cuenta pues Messi cumplió 27 años el pasado mes de junio y Ronaldo está en el umbral de los 30. Ambos son máquinas de jugar fútbol, meter goles y romper récords.
A Messi le sobran condiciones, pero la historia está llena de genios que se quedaron en lo que pudieron haber sido y no fueron. Y debe ser un especialista en dolores, todos aquellos que fuimos inflitrados tantas veces, sabemos lo que eso significa, y el argentino fue sometido a un crecimiento hormonal que debe haberlo predispuesto a tolerar penosos procedimientos. Todo ello lo ha convertido en el deportista más querido y admirado del mundo.
Lo suyo es recibir la pelota fuera del área, por el centro o las bandas, frenar súbitamente de cién a cero, iniciar una corrida vertiginosa eludiendo a dos o tres contrarios y colocar la pelota donde el portero no podrá llegar. Pero también inventa goles de fantasía y los hace hasta con el pecho y la cara.
Por eso cuando lo marcan violentamemnte, los árbitros dudan pues es tan dúctil que piensan que no se caerá o seguirá con la pelota, incluso que aún en el suelo se las arreglará para seguir con el balón. En esas condiciones para un árbitro frenarlo en su escapada significa el escarnio del publico.
Pero además, a diferencia de muchos de sus colegas prescinde de adornos innecesarios y habilita al compañero mejor ubicado, de lo contrario sigue de frente con la mente puesta en el gol. Messi ha llevado al fútbol a un nivel superlativo tal que a veces transforma a sus compañeros en testigos de sus jugadas.
En un deporte colectivo no se puede ser el mejor sin la ayuda de los demás pero hay veces en que sus compañeros hasta parecen estorbarle. Pero si hay algo que detesta es dejar de jugar, odia la suplencia pues le provoca gastroenterítis. Por su parte Cristiano Ronaldo debe ser uno de los futbolistas mas insultados del mundo, porque se trata de un narcisista hartorentable y productivo.
Todo en él parece haber sido ensayado previamente con el esmero de un primer violín y sus tiros libres más que una jugada, parecen una coreografía repetida hasta la saciedad.Ronaldo es un súper atleta, no hay otro jugador en la actualidad con su potencial atlético pues entiende el fútbol como una competenciaa donde se debe dejar hasta el úlimo aliento, toda vez que sea en función del gol y si es de él mucho mejor.
Sus corridas por las bandas y su freno son espectaculares y además tiene un sexto sentido para eludir las arteras patadas que pudieran lesionarlo.
A mi modo de ver los grandes futbolistas tiene desarroladas en alto grado dos cualidades: la capacidad de concentración y la capacidad de improvisar sobre la marcha. Ambos las tienen. Messi se concentra abstrayéndose de todo, como un aislamiento inconsciente. Ronaldo lo hace llamando la atención, haciendo que todos lo miren mediante actitudes a menudo incomprensibles como cuando no celebra los goles que hacen sus compañeros o sus gestos de desaprobación cuando no lo habilitan frente al marco.
Los goles ajenos los ve como que si no valieran y en los suyos se cuadra como reclamando la aprobación.
Sabe que por si solo puede ganar los partidos con una corrida, un disparo, sin necesidad de sus compañeros. En tales coordenadas la hazaña de uno hace que el otro intente superarlo y viceversa. Pero está claro que debe haber un ganador del Balón de Oro, cada quien tiene su favorito, es cuestión de afectos, gustos y colores.