En innumerables ocasiones y como un media punta ofensivo, Guillermo Flamenco le hizo honor al sobrenombre de “el Poderoso”, cuanta vez tuvo la oportunidad de anidar el balón en el arco rival. Esto lo hizo durante las décadas de 1980 y 1990, cuando militó en el fútbol mayor salvadoreño.
En esos años era muy común que por la radio los narradores de las principales radioemisoras del país que transmitían el fútbol mayor domingo a domingo lanzaran por los aires “Gooooool, de el Poderoso Flamenco”, ese fue su sello en cada gol anotado.
Era rápido y tenía dominio del balón, sabía regatear y generalmente gustaba de incursionar el área rival entre los dos centrales y cuando hacía esto, con frecuencia llegaba el gol y desde luego las ovaciones.
Su instinto goleador lo comenzó a mostrar en la Liga Mayor en el año 1984, cuando vistiendo la camisola de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” UCA, deleitaba a sus seguidores con sus goles concretados desde diferentes ángulos.
“En realidad yo comencé a jugar con la UCA en la Liga de Ascenso y nos coronamos campeones en 1983, luego continué con el equipo ya en la Liga Mayor en 1984”, recordó este goleador.
Pero los comienzos de Flamenco en el fútbol se remontan a su época de juvenil cuando formó parte del CD Oro, donde jugó a la par de otros destacados como el guardameta Raúl García, el también delantero Mario Alfredo Ibarra Peña y Julio Herrera, Kiko Henríquez y Juan Carlos Soto para mencionar algunos.
Como integrante de la UCA alternó con gente como Miguel Estrada Cuerno, Chus y Efraín González (hermanos de el Mágico), “el Chato” Alfaro, Reynaldo Vásquez (ex-presidente de la Fedefut), Manuel “el Lobo” Ramos y Ramos y Celso Jurado.
Con la UCA, si bien Flamenco tuvo un notable protagonismo en la parte ofensiva, nunca pudieron llegar a disputar una final, más bien era un equipo de la medianía de la tabla para abajo, siendo el título de la Liga de Ascenso lo máximo que conquistó mientras vistió los colores de este equipo.
El máximo título que luce su palmarés lo consiguió con Atlético Marte. “Participé en tres finales con el Marte, cuando eran cuatro equipos los que clasificaban y jugábamos la liguilla uno contra todos, fuimos campeones en el Torneo Grandes de C.A. que lo jugaban los campeones de copa y se realizó en Guatemala y ese año incluyó a la Universidad de Guadalajara (los Leones negros) de México”, mencionó.
¿Por qué “El Poderoso”?
Su carrera en el fútbol se prolongó desde 1981 hasta 1994, año en que se despidió de este deporte vistiendo los colores del Fuerte Aguilares en la Liga de Ascenso.
Sobre su sobrenombre recordó que eso tiene su explicación. “Resulta que mi papá trabajó como creativo publicitario y era el encargado de hacer anuncios comerciales de radio y TV. Cuando era un niño de 10 años me incluyó en un anuncio cuyo producto a promocionar llevaba el nombre de “Poderoso”, era un jabón. Y de ahí en adelante mis amigos me empezaron a decir así”, dice.
Como anécdota, recuerda que en una ocasión se metió una persona a los vestidores de la UCA antes de un juego y le reclamó de forma airada porqué le decían así si el único Poderoso era Dios. “Esa vez pensé que me iba a golpear”, recordó.
“Yo le puedo hablar de haber gozado duelos entre el Pájaro Huezo y Carlos Reyes o entre la Chochera Castillo y Raúl Toro, pero también tuve el honor que grandes periodistas como “el Pato” Alfaro, Rosalío Hernández Colorado, Carlos “Escopeta” Osorio, Neto Neto Aparicio, J.C. Piedrasanta, mencionaran mi nombre a raíz de mi trabajo en la cancha”, aseguró.
Se declara orgulloso de haber nacido en Suchitoto, departamento de Cuscatlán, pero lamenta que su vida futbolística no la haya podido compartir con su pueblo a raíz de la guerra que padeció el país.
Finalmente quiso agradecer al “chinito” José Luis Siu quien fue el que le convenció para que jugara fútbol.
¿Qué hace?
Actualmente “el Poderoso” Flamenco se desempeña profesionalmente en una agencia de cobros externa como Gerente de Operaciones para El Salvador. “Es una bendición el permitirme laborar en una empresa donde el socio estratégico número uno es DIOS, por lo que agradezco a la familia Ábrego, la oportunidad de trabajar con ellos”, comentó.
Una vez retirado del fútbol, comenzó a trabajar gracias a su amigo Antonio Galdámez, quien fue el responsable de abrirle las puertas laborales. “Con él prácticamente fuimos de los primeros en El Salvador en trabajar con Cajeros Automáticos y POS”, afirmó, lo cual le permitió más adelante abrirse nuevas oportunidades.
Fuera del trabajo y con varios años ya retirado de las canchas, Guillermo Flamenco, comparte su tiempo libre con su esposa Karla Merino, con quien tiene ya 17 años de compartir con ” alegrías, preocupaciones y tristezas. Es la persona más importante en mi vida”, reitera.
De esa unión, nacieron sus dos hijas, Gracia María Gabriela y María José, quienes también son parte importante en su vida y a quienes en la actualidad puede dedicarles gran parte de su tiempo libre.
Ahora sus prioridades son otras, asegura, por ello ya no asiste a los estadios tampoco está tan al día con el quehacer del fútbol, por lo que lo sigue más que todo por lo medios de comunicación. Pese a ello reconoce que no ha logrado desarrollarse como la afición quisiera.
“Algo que considero justo es reconocer que mis inicios en el fútbol fueron en el oratorio festivo del Ricaldone con el C.D. Oro, donde se nos brindó un excelente apoyo, sobre todo a jóvenes de escasos recursos”, recordó el Poderoso Flamenco.