El idioma oficial es el inglés, pero la selección de Estados Unidos, en este caso Sub-20, es una Torre de Babel donde convergen todo tipo de culturas y nacionalidades, empezando por Tabaré Ramos, un uruguayo que llegó para hacer historia. Hay algunos con origen argentino, irlandés, mexicano y hasta británico, como Cameron Carter-Vicker cuyo padre, Howard Carter, fue basquetbolista de la NBA y jugó para Denver y Dallas Mavericks.
En medio de todo eso también hay dos jugadores salvadoreños: Amando Moreno y Junior Flores, este último más mediático que el primero, pero ambos orgullosos de sus orígenes.
Amando Moreno
Nació en Perth Amboy, New Jersey, de padre mexicano y madre salvadoreña. Con 19 años, es parte del plantel de Xolos de Tijuana, aunque aún no debutó en la Primera División, pero sí ya disputó dos partidos en la Copa MX. Mide 1.70 y en este Premundial Sub-20 ya le anotó a Aruba. Lo primero que dice es “soy Amando, sin la ‘r'”, aclara.
Esas primeras palabras en español lo delatan: su acento tiene más de mexicano que de El Salvador. “Pues sí, además ahora vivo en Tijuana.
Es la influencia de mi padre”, afirma. “Claro, también tengo la parte salvadoreña, que heredé de mi madre, por ejemplo las pupusas que ella hace son deliciosas. Pero tengo que decir que en mi casa se come más mexicano que salvadoreño”, aclara el delantero.
El caso de Amando es muy parecido al de Joe Corona, su compañero en Xolos -de no grato recuerdo para algunos salvadoreños-, en ese sentido que nació en Estados Unidos de papá mexicano y mamá salvadoreña: “Sí, muchos dicen que nos parecemos con Corona, y él también tenía tres opciones y decidió jugar por su país de nacimiento. En mi caso, me llamaron de El Salvador para la Sub-20 hace como dos años pero ya estaba con la de Estados Unidos”.
Curiosamente, Amando es uno de los tres delanteros de Xolos de apellido Moreno, ya que comparte plantel con el veterano argentino Alfredo Moreno y el con el colombiano Dayro Moreno. “Espero que me vaya bien aquí así al regresar me dan la oportunidad de jugar”, pide. Aunque solo algunos minutos, Amando ya había jugado dos partidos en la MLS para el Red Bull cuando tenía 17 años y fue compañero de Thierry Henry.
Eso fue consecuencia de su gran rendimiento en las categorías Sub-15, Sub-16 y Sub-18 del club de Nueva York.
Si bien su vínculo con El Salvador no es tan fuerte como con México, hay un personaje que acerca más: su abuelo. “Él vive en Estados Unidos, pero viaja mucho para allá. Cuando juega la Selecta estoy pendiente por él, es muy fanático, así que gracias a eso estoy informado de todo”, confiesa Amando, que solo una vez estuvo en el país de su madre. “No recuerdo mucho, tenía como 9 años y fuimos de visita, mi mamá es de un pueblo que se llama Atiquizaya”, rememora Amando.
Junior Flores
El caso de Herbert Mejía Flores, llamado Junior Flores, es más conocido, sobre todo desde que fue fichado por el Borussia Dortmund, club en el que juega en las divisiones menores. Nació en Los Ángeles, de ambos padres salvadoreños. Con 18 años, tiene una proyección increíble y ha sido inamovible en esta selección de Estados Unidos en todo el proceso.
“El Salvador es un parte importante de mí, es el país de mis padres”, dice Junior en un español fluido, pero con el evidente tono estadounidense mientras hace su calentamiento en el Jarett Park, un campo de cricket en Montego Bay que también sirve como campo de fútbol. Tanto Óscar como Zeneida, sus papás, son de San Miguel, y fanáticos del Águila.
“Todos son aguiluchos, incluso Junior”, afirma Óscar, su papá. Junior, que tiene contrato con la firma Nike y que antes del Dortmund rechazó otras ofertas de equipos importantes como París Saint Germain y Liverpool, tiene claro que quiere jugar para los Estados Unidos. Ahí pasó por todas las selecciones en las diferentes categorías, de Sub-15 a Sub-18.
Cuando llegó el interés de El Salvador, quizás ya fue tarde. “Desde siempre jugué en las selecciones, mi prioridad es seguir aquí”, dijo, zanjando cualquier duda sobre su idea de a qué país representar. Igual deja una puerta abierta: “Claro que me siento orgulloso de ser salvadoreño, mis padres siempre me hablan del país. Pero ahorita estoy con la selección de Estados Unidos y no pienso en otra cosa”.
Mediocampista con marca, pero también con claridad para el pase y para el gol, Flores ha participado en todos los juegos del Borussia Dortmund en la Champions League juvenil durante esta temporada. ¿Cuándo será su debut en la Bundesliga? Lo piensa: “Hummm, esperemos que sea este año, aunque el equipo no va bien en el torneo. Pero nunca se sabe qué va a pasar”.
Junior -apodo que utilizan para llama Tab Ramos y todos sus compañeros- sonríe cuando se le plantea la posibilidad, bastante concreta, de un duelo Estados Unidos-El Salvador por un boleto al Mundial de Nueva Zelanda: “Falta, falta todavía, pero podría darse. ¿Te imaginas?”. Sigue pensando… “No quiero imaginar lo que sería mi casa con ese partido, sobre todo mi papá… Él seguro lo vería con una camisa de El Salvador y la otra de Estados Unidos, sufriendo, pero queriendo lo mejor para mí”.