No es tan difícil identificarlos. Generalmente están viendo los partidos en una platea sin otra compañía que una libreta de apuntes o, los más modernos, un Ipad. No tratan de esconderse, pero tampoco se muestran demasiado en Montego Bay, Jamaica. Son los scouts, los cazadores de talentos, que llegaron al Premundial en busca de alguna joya a la que luego recomendar. Los hay de clubes europeos, de universidades de Estados Unidos y también, aunque menos, de marcas deportivas que buscan amarran con un primer contrato de indumentaria al que luego podría ser un crack del fútbol mundial.
De vez en cuando, en los raros casos que se juntan varios de ellos, comparten opiniones y hasta debaten. A los pocos minutos del partido, ya tienen un diagnóstico. “El único que vale la pena es el 7”, dice uno. Los otros asienten. Marcan virtudes y defectos del tipo “le falta zurda”, “no tiene suficiente velocidad” o “le cuesta girar hacia la derecha” mientras llenan su libreta de anotaciones.
En Jamaica su trajín fue intenso, sobre todo los primeros días en que viajaban de Kingston a Montego Bay y viceversa para ver los tres partidos de cada jornada múltiple. Entre algunos de los clubes con scouts estaban el Liverpool, Ajax, PSV Eindhoven y Porto. Normalmente no llevan ningún tipo de identificación que los distinga. En todo caso, el de Oscar Gil, colombiano que trabaja para el Manchester City es especial. El sí, por primera vez en casi diez días en Jamaica, se puso la camisa celeste con el escudo del club inglés.
“Yo trabajo para el City y mi labor es ver partidos, observar jugadores y después hacer mi recomendación”, dice. Asegura que vio a todos los equipos varias veces y que ya tiene su lista. “Sí, vi de todos, incluso de El Salvador”, aclara ante la insistencia del periodista. “Sin embargo, no es tan fácil que alguien de aquí llegue a la Premier League, son standares diferentes, pero igual hay que mirar a todos”.
El paso siguiente, comenta el enviado del Manchester City, es simplemente enviar los nombres de los jugadores a un especie de laboratorio digital en la ciudad inglesa que se dedica a procesar datos de futuras estrellas. “Ellos tienen todos los videos de estos partidos. Una vez que tengan los nombres se trabaja con un software especial sobre esos juegos para analizar su rendimiento y proyectar su potencial”, finaliza Gil, quien ayer dejó Montego Bay y ya mandó su lista de sugerencias.
A otro nivel, por supuesto, están los scouts de las universidades estadounidenses, como Fred Dikranian, de University of South Florida, quien pasó una semana analizando talentos. Él no pretende encontrar megaestrellas, sino “jugadores que les pueda interesar una beca de estudio en nuestra universidad”, explica el estadounidense. De El Salvador se fijó en Narciso Orellana, Josué Hernández y José Villavicencio.