Melissa Pemberton lleva la aviación en la sangre. Desde los 19 años inició a pilotear profesionalmente. Diez años después, es una de las pilotos acróbatas que surcarán cielo salvadoreño este día en el “Ilopango Air Show”.
Su abuela fue quien la introdujo a esta disciplina a muy temprana edad. Pemberton la acompañaba a algunas prácticas y ahí comenzó una pasión por las alturas y la adrenalina.
“Me preguntaba: ‘¡Qué! ¿Ninguna abuela pilotea?’. Ella me expuso a eso y ella fue mi inspiración. Cuando perdió su estatus médico para volar fue mi abuelo el que continúo enseñándome”, relató.
Esa ascendencia vinculada a la aviación le permitió tener el apoyo de sus padres para realizar sus estudios universitarios en aviación. Fue a sus 16 años que decidió que volar era lo que más deseaba en su vida.
Además, su abuela no solo fue quien la introdujo a la que sería su profesión, también fue su modelo para saber que las mujeres pueden desempeñar cualquier profesión, “que las mujeres también pueden volar”.
Pemberton afirmó sentirse orgullosa y honrada de representar a las mujeres en este campo. “Me encanta inspirar a otras mujeres para que se involucren en la aviación”, dijo la piloto que se ha convertido en la única mujer dentro del equipo nacional estadounidense.
La aviación -y este deporte extremo de acrobacias en el aire- tiene pocas mujeres involucradas, de acuerdo con Pemberton. Sin embargo, está segura que hay un panorama “esperanzador” para las que deseen profesionalizarse en él. ”En el ámbito comercial sí hay muchas barreras para una mujer. Creo que era la mentalidad de la generación que ahora está retirada”, consideró la profesional.
En Ilopango
Con paso firme y un amplia experiencia, esta joven piloto demostrará a los salvadoreños un espectáculo de alto riesgo y de adrenalina con su avión edge 540.
Para lograr giros de 360 grados a gran velocidad o descensos y subidas en pocos segundos, que forman parte del show aéreo, Pemberton realiza entrenamientos especiales: “practico la parte visual de la secuencia o rutina. Las visualizaciones las hago caminando (walk through) como si estuviera en el cielo”, explicó.
Asimismo, su compañero William Stewart es fundamental para la rutina que muestran al público, ya que ambos deben tener una comunicación incesante para prever cualquier incidente.
La parte física también es importante para realizar acrobacias. El cansancio, la deshidratación y la falta de alimentos puede afectar significativamente su trabajo debido a la gravedad. “Me gusta pararme de cabezas antes de las competencia para que la sangre fluya mejor y las arterias se preparen”, comentó.
Melissa, junto a otros pilotos, realizaron sus prácticas ayer por la tarde. No es la primera vez que visita el país pero recordó la primera vez que voló sobre El Salvador.
“Ver volcanes, el contraste de las nubes con las montañas, el océano… sentí que iba descendiendo al paraíso (rió). ¡Me encanta el paisaje salvadoreño!”, manifestó.
Una vez más, Pemberton tiene la oportunidad de surcar los cielos de El Salvador, y poder sentir la “libertad e independencia que desea, no importa el avión que pilotee”, sobre todo, porque es el objetivo y aporte del espectáculo.
“Ilopando Air show” se realiza a beneficio de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Benjamín Bloom, por sexto año consecutivo. Si desea apoyar, su presencia en el Aeropuerto Internacional de Ilopango será valiosa.
Para poder asistir, las entradas tienen un valor de $4 dólares para niños y $7 dólares para adultos. Más información en el perfil de Facebook: Ilopango Airshow Oficial.