Jesús Ramírez y su camino al éxito

El mexicano Jesús "Chucho" Ramírez participó del simposio organizado por Proyecto Azul y ASI. Llegaron federativos, Roca, "Zarco",... Compartió su experiencia del proceso de cuatro años que tuvo con la Selección Sub 17 de México, campeona del Mundo en 2005

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Jesús Ramírez en la ponencia que dio este lunes en la ASI. Foto EDH

Por Víctor Zelada Uceda | Twitter: @zeladauceda

2015-02-02 7:26:00

El técnico mexicano Jesús “Chucho” Ramírez es un fiel ejemplo de que en el fútbol se pueden cambiar paradigmas con ejes clave: corregir y perfecccionar así como insistir y persistir.

Tras ser invitado por Jorge Bahaia, presidente de FESA e impulsor del Proyecto Azul, impartió un simposio dirigido a dirigentes (de equipos y Fesfut), entrenadores (entre ellos Albert Roca, Mauricio Alfaro, Jorge Rodríguez, Mario Martínez, Edwin Portillo…) y prensa deportiva. Compartió cómo logró el éxito con la selección Sub 17 de México, campeona de un Mundial en esa categoría (2005) con jugadores de la talla de Carlos Vela y Gio Dos Santos.

Creyó en un ideal, se proyectó ser campeón y motivó a los jugadores. Necesitó cuatro años de trabajo, logrando un proceso sin precedentes en su país. Como resultado, cambió la mentalidad de su Federación y clubes. A partir de esa hazaña, se crearon los torneos Sub 13, 15, 17 y 20.

“Lo primero que hice no fue trabajar en mis jugadores, si no trabajar en mí, saber cuáles eran mis sueños y metas. Lo importante es que los entendí posible. Cuando inicié este proceso había mucha incredulidad, cuando hablaba a los chavos de 12 y 13 años y decía que seríamos campeones del mundo se reían de mí”, dijo Ramírez.

“Chucho” dijo que fue necesario de rodearse de gente capaz, a quiénes consideró los mejores (desde el doctor que le ayudó a tener atletas sanos hasta el chófer).

“Nos propusimos ser número 1 y generamos un plan audaz y agresivo y cumplimos procesos. Elegí a los profesionales más capacitados, siempre quise tener a los mejores a mi lado. Desde el mejor médico, el mejor chofer,… Fue importante saber escuchar y ver el punto de vista de otros para tomar  las mejores decisiones, siempre le pregunté a mi jugador qué sentía, igual a mis auxiliares. Nunca dejé de ser el técnico por preguntar, nunca perdí el liderazgo, siempre involucré a las personas”. 

De la mente al corazón

Ramírez es fruto de la convicción, no de la suerte. Así lo dejó claro. “El trabajo no fue primero en lo físico si no en lo mental. Para ello se necesita disposición. Puedes tener los mejores ejercicios pero no sirve de nada si quien lo ejecuta no lo siente.En mi primera charla con los jugadores, les dije que debíamos generar un cambio en nuestras vidas, superar esos pensamientos que éramos los ratones verdes, que siempre perdíamos en los penales. No bastaba echar ganas. Los convencí que teníamos el arma más fuerte, la mente que gobierna los pensamientos. Vivimos vidas improvisadas, decimos ojalá tengamos suerte. No sé quién maneja la suerte, pero mi mente yo”.

Habló de qué le ayudó a perfeccionar a ese grupo que no se conformó con solo clasificar a un Mundial y hacer un papel aceptable, llegando hasta semis.

“Trabajé con ejes como corregir y perfeccionar. No permitía que un jugador, luego de fallar un penal en una práctica, se rindiera. Lo obligaba a patear de nuevo hasta que lo convertía. Nuestro juego nunca fue fruto de la improvisación”.

También fue sincero. Cuando le tocó dar la nómina oficial de los que participaron en el Mundial, dejó a muchos con gran talento.

“El talento no es suficiente, muchos chavos jugaban bien pero no quedaron. Cayeron en un estado de confort, perdieron de vista a los jugadores con más corazón y fuerza mental. Es más importante el amor y la pasión para trabajar”.

Cuando terminó su conferencia, “Chucho” atendió diferentes preguntas. Muchas iban dirigidas a la realidad del fútbol salvadoreño y cómo transformarlo.

En sus respuestas dejó reflexiones: “Este Proyecto Azul busca generar algo importante para la Selección, me ha tocado venir acá y es complicado pero están en el camino. Para El Salvador desafortunadamente no hay congruencia porque los equipos no están pensando en su Selección. Es necesario tener un proceso, comencé desde el 2001 para ver frutos en 2005. Cuatro años de sacrificio”.

Fue consultado si le han ofrecido dirigir a selecciones menores en El Salvador. Aclaró que no pero estaría abierto a platicar. “Jorge Bahaia me ha compartido del Proyecto Azul. Si en algún momento hay algo que se pueda hacer, estaré abierto a escuchar. Soy un profesional”.