Sudamérica, destino esquivo para futbolistas salvadoreños

Junior Burgos jugará en Colombia, el primer cuscatleco en jugar en ese país y uno de los pocos en hacerlo en el Cono Sur

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Junior Burgos, el último salvadoreño fichado con rumbo hacia Sudamérica. Jugó en Jaguares de Córdoba de primera categoría

Por Claudio Martínez | Twitter: @martinezchino

2015-02-06 8:23:00

A los 26 años, Efraín Burgos se convertirá en el primer salvadoreño en jugar en la liga de Colombia. Lo hará en el Jaguares de Córdoba, un equipo recién ascendido a la Primera División. Nunca antes un cuscatleco había jugado en el país cafetero y además será uno de los pocos en hacerlo en Sudamérica, un destino bastante esquivo para los nacionales. A lo largo de la historia son pocos los casos para contar.

En ese sentido, los pioneros fueron Miguel Cruz (llamado El Americano) y Armando Chacón (apodado Tamarindo), dos emblemas de la Selecta de aquella época, que jugaron en Universidad Católica entre los años 1940 y 1946.

El siguiente fue Ricardo Díaz Bach, conocido como El Nene, un salvadoreño nacido en Zacatecoluca -campeón de los Centroamericanos y del Caribe de 1956- que viajó a Chile a estudiar y acabó jugando para Universidad de Concepción (1962-1964) y Huachipato (1965). 

Otro caso interesante es el de Roberto Bundio, actual presentador de Canal 4. Hijo del entrenador argentino Gregorio Bundio y de madre salvadoreña, pero nacido en El Salvador, Bundio fue el primero en jugar en el fútbol argentino. Lo hizo para Deportivo Armenio, en la Primera B (equivalente a la Segunda División). Anteriormente estuvo en las inferiores de Independiente.

En esa misma línea van los casos de Christian Esnal y Marcelo Tejeda, ambos nacidos en el país por circunstancias muy específicas: sus padres (Raúl Esnal y Julio Tejeda), uruguayos, en ese momento jugaban en El Salvador. Sin embargo, los hijos de ambos se formaron y debutaron profesionalmente en Uruguay. Esnal se formó en Rentistas, para luego llegar a la liga salvadoreña (jugó en Chalatenango, Águila, Dragón y UES) antes de regresar a Sudamérica. Por su parte, Tejeda pasó por las inferiores de Bella Vista, Liverpool y Cerro, pero debutó profesionalmente en Institución Atlética Potencia, del ascenso uruguayo, antes de venir al país y jugar con Firpo y Atlético Marte.

Un párrafo aparte merecen aquellos jugadores nacionalizados. Los que no nacieron en el país, pero que “en el camino” se hicieron salvadoreños.

Un ejemplo es el brasileño Israel Castro Franco, que en 1996 logró su pasaporte salvadoreño y jugó en la Selección en las eliminatorias para Francia 1988. Tras ser nacionalizado, Castro Franco jugó en siete clubes brasileños, aunque lo hizo con su pasaporte original y no ocupaba plaza de extranjero: Atlético Paranaense, Inmortal, Portuguesa, Combate Barreirinha, CESP, Toledo Colonia Work y Vila Fanny. Nenei, en cambio, otro de los nacionalizados de aquella época, nunca más volvió a jugar en Brasil después de tener el pasaporte.

Otro capítulo interesante son aquellos que pasaron por las inferiores de clubes sudamericanos aunque jamás llegaron a jugar en el primer equipo. A la cabeza van los casos de Andrés Flores, Jaime Alas y William Maldonado, que pasaron varios años en las divisiones menores de River Plate, en Argentina.

Más cerca de debutar estuvo Ernesto López, un muchacho nacido en Santa Ana, pero criado entre Australia y Nueva Zelanda que captó la atención de River, aunque finalmente recaló en las menores de Independiente. Pasó un año allí, luego fue a las inferiores de Atlanta (Segunda División), pero se volvió a Nueva Zelanda -donde viven sus padres- sin poder llegar a jugar ningún partido a nivel mayor. Actualmente tiene 22 años y está en el WaiBOP, de la Primera División de Nueva Zelanda.

También está el caso de Christopher Gómez, que recaló en las inferiores de Independiente Rivadavia en 2013.

A través de FESA, otros salvadoreños han ido a Sudamérica a tener su oportunidad en las inferiores. Pocos recuerdan que en 2008 tres becarios de aquel entonces estuvieron una temporada en las menores de clubes argentinos: Cristian Tobar y Edwin Sánchez (en Defensa y Justicia) e Irving Flores (Colón de Santa Fe).

En el rubro “a prueba” hay que consignar el viaje de Juan Carlos López Padilla a Colombia, donde fue a mostrarse para poder fichar por el Deportivo Pasto, algo que finalmente no consiguió y regresó al fútbol doméstico. El propio Junior Burgos, en 2012, fue a probarse a la Universidad Católica de Chile.

Entre los pases frustrados, hay dos muy concretos. Por un lado, Osael Romero, cuando jugaba en Vista Hermosa, estuvo a punto de ser el primer salvadoreño en jugar en Ecuador. Lo quería llevar Chiqui García, entrenador del equipo Macará, pero no hubo acuerdo con el club de Morazán.

Y el propio Osael, junto con Dennis Alas, fue mencionado por Ruben Israel como posibles refuerzos de Libertad de Paraguay cuando el timonel uruguayo se hizo cargo del equipo guaraní. De hecho, el presidente del equipo paraguayo llamó al club para gestionar el fichaje de Osael, que tampoco se concretó.